Cataluña
Hugo Escarpa, de S’ha Acabat!: «Lo que sucedió en la UAB el otro día hacía dos años que no nos pasaba»
La asociación fue objeto de ataques de radicales independentistas durante la feria de entidades que se celebró en la Autónoma de Barcelona
También denuncia que, desde hace dos años, este centro les pone impedimentos para que no puedan celebrar ningún tipo de acto
Ha cambiado el gobierno en la Generalitat, ahora Salvador Illa es el presidente, pero nada ha cambiado en los campus universitarios de Cataluña. Así lo asegura Hugo Escarpa, miembro de la asociación de estudiantes constitucionalista S’ha Acabat!, que destaca que, lo que ocurrió la semana pasada en el campus de la UAB, cuando los jóvenes de esta entidad fueron atacados por radicales independentistas, hacía dos años que no sucedía. Al menos, precisa, con tanta intensidad.
Lo cierto es que un grupo de radicales, alguno iba encapuchado, rodeó la carpa que S’ha Acabat! había instalado en la Plaza Cívica de la UAB, con motivo de la feria de entidades. Hubo insultos, empujones, y tuvieron que hacer acto de presencia los Mossos de Esquadra y también la seguridad privada del centro. Ese grupo lanzó botes de pintura y de humo.
Para Escarpa, el «ambiente se intensificó mucho» durante ese acto, algo que no ocurría desde hacía dos años, asegura. De ahí que considere que «el relato de que el Partido Socialista mejora la convivencia en Cataluña es completamente falso», entre otras cosas, porque «ningún consejero, ni siquiera la propia consejera de Universidades, condenó los hechos. Y no digamos ya el rector de la Universidad».
Para este joven de S’ha Acabat!, no se trata de «casos aislados», como aseguran desde el Govern, sino que en las universidades catalanas se ataca a «nuestros valores, hay ataques a jóvenes por expresar unas ideas que son diferentes a la del separatismo». Y considera que, ante este panorama, desde la consejería de Universidades se tendría que tomar cartas en el asunto, y no solo para garantizar la seguridad de los jóvenes constitucionalistas, sino la libertad en los campus, desde el punto de vista político o lingüístico.
Escarpa explica que han enviado una carta a la responsable de Universidades, Núria Montserrat, para explicarle esta situación y solicitar una reunión con ella. Aunque, de todas formas, explica, ya sabe qué es lo que pasa en el campus, porque la diputada de Vox, Júlia Calvet, fue presidenta de S’ha Acabat!, y durante la comparecencia parlamentaria de la consejera «le explicó cuál es la situación real en los campus». Pero este miembro de la entidad de jóvenes, lamenta la respuesta de la consejera: «que si se había producido casos personales de acoso en las universidades, que lo sentía mucho, pero que había normalidad y pluralismo político».
Pero Escarpa deja claro que no se trata de un colegio, ni es un caso de «acoso». Hay «persecución» hacia determinadas formas de pensar en la universidad. Pero también pone el acento en otra cuestión, y es que, cuando organizan un acto, necesitan la presencia de la policía: «se puede pensar que es una victoria que ahora mismo no recibamos agresiones físicas como las que hemos estado sufriendo tantos años. Pero es que, en el fondo, no es una victoria absolutamente nada, porque no podemos actuar ni podemos realizar nuestras actividades con normalidad porque estamos rodeados de agentes», y, por lo tanto, asegura, no pueden acercarse a otros jóvenes.
Por otro lado, Hugo Escarpa, lamenta la política de «silenciamiento» que aplica el rector de la UAB a los jóvenes de S’ha Acabat!, mientras «blanquea a los agresores». En este sentido, denuncia que, desde hace dos años, no les permiten hacer actos en la universidad. Dice Escarpa que «nunca» les proporcionan un espacio para poder organizarlos.
Y la última vez que lo intentaron, se les ofreció un salón en un hotel de entidades «que tienen cerca de la universidad, pero nos pedían 400 euros por el alquiler del aula, para una asociación que está inscrita en la UAB». Y denuncia doble vara de medir, porque el resto de entidades no tiene ningún problema para hacer lo mismo: «la propia universidad proporciona a asociaciones como el SPC (Sindicato de los Países Catalanes) espacios públicos para uso privado, y, por supuesto, a coste 0», denuncia Escarpa.
Este joven asegura que las excusas son de todo tipo: que no tienen aulas disponibles ni para la capacidad ni para la fecha que piden, ni para garantizar la seguridad de los miembros de la asociación. Escarpa dice que llegó un momento «en el que dijimos: vale, nos dais un aula con la capacidad que sea, y nosotros ya nos adaptaremos a esas características. Pero no, ni por esas. Nos dijeron que no, que no había ninguna posibilidad».
Por este motivo, asegura que han contactado con otras entidades constitucionalistas, como es el caso de Impulso Ciudadano, y con abogados para llevar este caso a los tribunales. También quiere que llegue al Parlament par que se pida explicaciones al Govern y, en particular, a la consejera de Universidades.