Cartel de alquiler de viviendas en la fachada de un edificio en Barcelona.EP

Cataluña

El Govern reconoce en pleno debate sobre la vivienda que el tope al alquiler ha desplomado la oferta un 17 %

Los precios de los alquileres han caído en las áreas consideradas tensionadas, alrededor de un 5 %

Una de cal y una de arena. El gobierno catalán saca pecho porque el precio del alquiler en los municipios considerados zonas tensionadas bajó un 5 % entre abril y junio en Cataluña. La otra cara de la moneda es que la oferta ha bajado, y de forma considerable: los nuevos contratos de alquiler se han desplomado un 17,2 %. Es un porcentaje muy superior al de otros municipios sin zonas tensionadas, en los que sí, hay menos alquiler disponible, pero solo ha descendido un 1,6 %.

Y en medio de este panorama, el Boletín Oficial del Estado, el BOE, publica este miércoles el listado de nuevas zonas tensionadas, al que se incorporan 131 municipios catalanes, a los que hay que sumar los140 que ya tienen esta consideración. Se trata de municipios de más de 2.000 habitantes y en los que dedican más del 30 % de los ingresos a pagar el alquiler o la hipoteca, incluidos suministros básicos, o que el precio del alquiler o la compra ha aumentado al menos tres puntos más que el IPC en los últimos cinco años. Desde el ministerio de la Vivienda insisten en que la medida es positiva para contener la escalada de precios.

Y, efectivamente, ha funcionado, teniendo en cuenta los datos que ha facilitado el Incasol, el Instituto Catalán del Suelo, organismo que depende de la Generalitat. Entre abril y junio, el precio medio del alquiler se situó en esas zonas tensionadas (140 áreas) en unos 865,56 euros, un 5 % menos que los tres primeros meses del año. Si se compara con el mismo período del 2023 aumentaron ligeramente, un 0,1 %. En las zonas no consideradas tensionadas, ese reducción del precio del alquiler fue menor, solo de un 0,6 %.

Sin lugar a dudas la capital, Barcelona, sufre un problema importante de acceso a la vivienda por el alto precio del alquiler. Y también en la Ciudad Condal se ha notado esa rebaja, el precio medio se ha frenado un 5,2 %, y se ha situado en los 1131,75 euros. Todo ello después de que en los tres primeros meses del año se llegara a un nuevo máximo histórico, con cifras muy próximas a los 1.200 euros.

Desde el gobierno catalán sacan pecho. La portavoz, Sílvia Paneque, considera que el contraste es «relevante» entre el descenso, mucho más acusado del alquiler en los municipios con áreas tensionadas, y los que no están incluidos en esa categoría. El comportamiento, ha asegurado, es muy diferente.

En este sentido, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha anunciado durante el Debate de Política General, un nuevo programa de vivienda pública para construir 50.000 viviendas públicas hasta 2030 con una inversión que ascenderá a los 4.400 millones de euros al final de su mandato.

Así, ha explicado que durante su mandato invertirá 1.100 millones de euros anuales para cumplir con este objetivo, por lo que «no habrá ninguna comunidad que invierta tanto dinero en materia de vivienda».

El problema es que se ha reducido también, y mucho, la oferta de alquiler. Los nuevos contratos se han desplomado un 17,2 %, hasta los 24.543. Al menos, entre abril y junio. Y en Barcelona el panorama es similar: en ese segundo trimestre se firmaron algo menos de 8.000 nuevos contratos, o lo que es lo mismo, un 14,5 % menos que el trimestre anterior.

Pero para el gobierno catalán, el problema no es el límite del alquiler en las zonas tensionadas, además de otras cuestiones legislativas que puedan provocar la inseguridad jurídica del propietario de una vivienda. Para la portavoz y consejera de Territorio, Sílvia Paneque, el problema es que hay contratos de alquiler que han derivado en otras fórmulas, como el temporal. Y de ahí la insistencia del Govern, y de sus socios, comunes y ERC, en regular este tipo de alquileres para evitar esas «desviaciones».

No lo ve así la Cámara de la Propiedad Urbana de Barcelona, que atribuye esa «fuerte caída» de la oferta de contratos de alquiler a una «alarmante» retirada de viviendas del mercado por parte de los propietarios. Una situación, asegura esta entidad, que está provocando un «desequilibrio» entre oferta y demanda, y que «está colapsando» el parque de alquiler en la capital catalana.

La entidad también asegura que la rebaja del precio del alquiler en el segundo trimestre responde al nuevo índice de precios. En cualquier caso, defiende que el alquiler, al menos en la capital catalana, «continúa siendo accesible» porque la mayoría de los contratos formalizados se encuentran por debajo de la media genérica. La Cámara llega a esta conclusión, después de analizar los precios por quintiles, ya que, de esta forma, se puede conocer cómo están distribuidos.