Análisis
El separatismo catalán instiga las manifestaciones de hoy contra Mazón y el PP en Valencia
Los nacionalistas tratan a la Comunidad Valenciana como una autonomía incompetente
El independentismo catalán siempre ha querido conquistar la Comunidad Valenciana, y ha destinado durante décadas millones de euros procedentes de recursos públicos para conseguirlo. Su fracaso ha convertido su interés imperialista en rabia e ira hacia la sociedad valenciana que no ha atendido sus cantos de sirena.
El drama de las consecuencias de la DANA y la gestión de la misma es vista por el separatismo catalán como una nueva oportunidad de meter mano en la sociedad y la política valenciana y están dedicando a ellos grandes recursos y esfuerzos.
La punta de lanza del independentismo catalán en Valencia es Acció Cultural del País Valencià (ACPV), el alter ego de Òmnium Cultural, promovida en su día por Eliseu Climent y hoy presidida por Anna Oliver.
Desde la Generalitat de Cataluña se ha pagado íntegramente la hipoteca de la sede de ACPV en el centro de Valencia, dedicando a ellos más de 10 millones de euros. Además, desde la Generalitat catalana se entregan cada año decenas de miles de euros a la revista El Temps, editada por Climent y órgano de difusión del independentismo catalán en la Comunidad Valenciana.
El gobierno catalán intentó colonizar Valencia a través de las emisiones de TV3 durante 28 años. En 2011 el gobierno valenciano prohibió dichas emisiones, aunque esta prohibición que fue revocada judicialmente un año después.
Los reiterados fracasos de ERC de conseguir implantación en la Comunidad Valenciana llevaron al nacionalismo catalán a cuidar como partido propio a Compromís, pero la coalición izquierdista se dio cuenta de que su posición pancatalanista les restaba votos y hoy prima el discurso social sobre su inequívoca fascinación por la idea de los Països Catalans.
Silenciar al contrario
El independentismo catalán siempre ha intentado silenciar a la parte de la sociedad catalana que no comulga con sus posiciones políticas. En octubre de 2017, cuando un millón de catalanes salieron a calle para mostrar su hartazgo por el procés y su contrariedad por la anunciada declaración unilateral de independencia, la única forma que se los ocurrió de rebatir la protesta fue alegar que todos los manifestantes eran de ultraderecha venidos de otros lugares de España.
Esta fue una de las muchas fake news que el independentismo difundió durante el procés. Ahora, con la crisis valenciana, ellos se abocan a movilizar a toda la gente de la que sean capaces desde Cataluña hacia Valencia, con el objetivo de contribuir a crear un ambiente que facilite el derribo del Consell encabezado por el popular Carlos Mazón.
Supremacismo independentista
El independentismo ha gobernado Cataluña durante décadas, hasta llevarla a la cola del ranking Pisa en materia educativa, a ser de las más atrasadas en tiempo de espera para visitas médicas u operaciones quirúrgicas y a ser incapaz de frenar una sangría de empresas que huyen hacia otros lugares de España.
Con todo, siguen lejos de hacer autocrítica alguna estos días, y tratan a la Comunidad Valenciana como una autonomía incompetente. Incluso se destila la idea de que lo sucedido les está bien empleado por su españolismo recalcitrante.
El independentismo actúa con supremacismo con Valencia y Baleares, hasta el extremo de negarse a utilizar la denominación oficial de la Comunidad Valenciana. Llevan muy mal que Valencia y Baleares, a las que consideran suyas, estén gobernadas por el PP. Durante las fiestas del barrio de Gracia del pasado verano se quemó un muñeco de Mazón ante el silencio de las autoridades municipales y autonómicas.
Manifestación en Valencia
La manifestación de este sábado, en la que se pide la dimisión de Mazón, está convocada entre otros por ACPV. Desde Barcelona, con la excusa de colaborar en labores de voluntariado en los municipios de la Horta y la Ribera, militantes independentistas catalanes se desplazarán en autobús hasta Valencia para intentar lograr, vía manifestación, la caída del presidente de la Generalitat.
Desde los medios de comunicación afines al independentismo estos días se afanan en presentar al gobierno valenciano como incompetente. Así, por ejemplo, desde VilaWeb, el medio más cercano a Puigdemont, se ha editorializado proponiendo la creación de una oficina «anti inútil».
Los políticos separatistas no se quedan atrás. Una de las personas de más confianza de Puigdemont y su contacto con Moscú, Josep Lluís Alay, se muestra hiperactivo en redes dando redifusión a noticias sobre la DANA publicadas en medios internacionales a las que ha acompañado de comentarios como «the end of Spain».
En otro tweet, en relación con los incidentes de Paiporta del pasado domingo, ha hablado de «la revolución de las colonias». En otro, ha calificado al presidente de Mercadona, Juan Roig, como «enemigo de los valencianos y los catalanes».
El jefe de Alay, Puigdemont, desde Bruselas publicó una imagen del Rey en Paiporta con el mensaje «enfangats fins la corona» («enfangados hasta la corona»). La musa del independentismo puigdemoniaco, Pilar Rahola, ha escrito en sus redes que «Valencia será el Prestige de Sánchez».