Protesta independentista frente a la comisaría el 3 de octubre de 2017Wikimedia

Cataluña

Nueva ofensiva independentista para expulsar a la policía de Vía Laietana mientras el gobierno de Illa titubea

Òmnium e Iridia presentan una denuncia por torturas en la comisaría durante la transición

La continuidad de los agentes de la Policía Nacional en la comisaría de Via Laietana es uno de los arietes que está empleando la oposición en Cataluña para marcar perfil frente a Salvador Illa en este arranque de legislatura. Un ataque tanto de los sectores independentistas como de los Comunes aventado por la postura maleable del ejecutivo socialista en esta cuestión.

Así, si a mediados de octubre Illa defendía en su primera sesión de control en el Parlament como presidente de la Generalitat la salida de los policías, hace apenas una semana su consejero del Interior, Ramón Espadaler, consideraba que se puede «resignificar» la comisaría como espacio de memoria sin necesidad de «poner el acento en quitar a la policía de este lugar».

Una disparidad de opiniones en el seno del propio gobierno que sus adversarios aprovechan para intensificar la presión sobre el espacio. En esta línea, este miércoles las entidades independentistas Òmnium Cultural e Irídia han presentado en rueda de prensa la denuncia de las hermanas Eva y Blanca Serra por haber sufrido torturas en esta comisaría durante la transición.

Se trata, destacan, del primer caso llevado a la Fiscalía especializada en Derechos Humanos y Memoria de Barcelona para investigar crímenes de lesa humanidad. En la atención a los medios, el presidente de Òmnium, Xavier Antich, ha considerado que es «una vergüenza» mantener la comisaría como sede policial.

Este domingo se ha convocado una nueva concentración frente a la comisaría, con el lema: «¡Ven a hacer justicia, ven a hacer memoria!». La protesta incluirá una exposición artística y actividades para exigir su transformación «en un espacio de memoria y justicia». Está por ver cuáles serán los siguientes pasos tanto del gobierno de Illa como del Ministerio del Interior, titular del edificio que se convirtió en lugar habitual de manifestaciones y altercados independentistas durante el procés.