El expresidente de ERC Oriol Junqueras y la líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Elisenda AlamanyEuropa Press

Política

El congreso del PSOE mira de reojo a Barcelona para saber si Junqueras es elegido hoy líder de ERC

Los socialistas saben que si el expresidente republicano pierde la votación, será más complicado mantener sus pactos

Esquerra Republicana ha convocado hoy a sus algo más de 8.000 militantes para elegir a la nueva dirección del partido. Solo si alguna de las tres listas en liza alcanza más del 50 % de los votos se cerrará el proceso de renovación de la dirección. En caso contrario, el día 14 de diciembre habría una segunda vuelta.

ERC afronta esta votación como un plebiscito sobre la continuidad de Oriol Junqueras, que ha ocupado el cargo de presidente durante 13 años consecutivos. Todo el proceso congresual se ha vivido en el contexto de una profunda crisis múltiple de los republicanos.

Es una crisis, primero, de resultados electorales, tras perder la presidencia de la Generalitat, la mitad de su grupo en el congreso y las alcaldías de las dos capitales de provincia que ostentaban, en Lérida y Tarragona.

Es, también, una crisis reputacional por el escandalo de los carteles fabricados desde dentro de las estructuras del partido, acusando a Ernest Maragall, su candidato a la alcaldía de Barcelona, de sufrir alzhéimer. Por último, es una crisis política al haber perdido el liderazgo del independentismo en manos de Junts, su archienemigo.

La paradoja independentista

ERC, como Junts, viven la situación paradójica de estar sumidos en una gran crisis de resultados, pero de tener más influencia que nunca en el gobierno de España. Además, ERC es clave tanto en el gobierno municipal en Barcelona como para la estabilidad del gobierno de la Generalitat catalana.

Precisamente el impacto de esta influencia en el electorado y la consecución de resultados efectivos a cambio del apoyo al PSOE están en el fondo del debate precongresual. Junqueras ha imitado a Pedro Sánchez, y ha recorrido toda Cataluña buscando el apoyo de la militancia.

El resultado ha sido que es el candidato que llega a la votación de hoy con más avales, a pesar de que la candidatura que encabeza Xavier Godàs tiene el apoyo de la secretaria general saliente, Marta Rovira y del expresidente de la Generalitat Pere Aragonés.

Durante la campaña Junqueras ha negado ser conocedor de las llamadas campañas de contraste contra Maragall y él mismo, aunque fue el mismísimo Maragall el que señalo a Junqueras como impulsor de dichas campañas difamatorias sin firma, que tenían por objetivo generar una ola de solidaridad que incrementarían la intención de voto hacia Maragall en un momento en el que las encuestas ya apuntaban a una debacle de ERC en Barcelona, como luego ratificaron los resultados electorales.

Interés del PSOE

Junqueras aspira a una victoria en la primera vuelta dado que teme que en caso contrario las otras dos candidaturas podrían aliarse para apearle del liderazgo. El resultado, que se conocerá está noche a partir de las 20 horas, será seguido con sumo interés desde el partido socialista, dado que Junqueras es para ellos la opción más fiable y una derrota del ex vicepresidente de la Generalitat dificultaría mucho la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.

Oriol Junqueras y Elisenda Alamany, en una imagen de archivoEuropa Press

Además, la victoria de Junqueras facilitaría las cosas a Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, dado que la número dos de la candidatura de Junqueras, Elisenda Alamany, es la cabeza de filas en el consistorio condal y favorable a la entrada en el gobierno municipal.

También Salvador IIla, presidente de la Generalitat, estará pendiente de lo que decidan los militantes de ERC dado que tiene aparcado, como Sánchez, empezar a negociar las cuentas catalanas para 2025.

La derrota de Junqueras supondría remover a Gabriel Rufián de su puesto como jefe de filas de ERC en el Congreso, dado que este se ha posicionado a favor de Junqueras. En cambio, su compañera de escaño, la exconsejera Teresa Jordà apuesta por la lista de Rovira – Aragonés.

Además, su derrota, por lo que se ha visto a lo largo de la campaña, dificultaría la negociación entre republicanos y socialistas. Junqueras, consciente de que muchos afiliados creen que se ha sido demasiado complacientes con los socialistas, se ha negado a decir si él hubiera investido a Illa o no, pero la realidad es que su entorno es el más favorable al mantenimiento de las alianzas con los socialistas a todos los niveles.

La derrota de Junqueras sería, pues, un obstáculo más en el objetivo de Sánchez de mantenerse en el poder hasta 2027.