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El motivo por el que un pueblo de Soria tiene 1.700 asientos del antiguo Camp Nou repartidos por sus calles
Un pequeño pueblo soriano conserva 1.700 asientos del estadio blaugrana gracias a la iniciativa de sus vecinos
En el municipio de Langa de Duero, en la provincia de Soria, descansan algunas de las butacas del antiguo Camp Nou, según han publicado . Estas sillas formaban parte del estadio del FC Barcelona hasta 1994, cuando se llevó a cabo una gran remodelación. Lo que pudo haber terminado en un vertedero encontró una segunda vida gracias a los vecinos de este pueblo, quienes gestionaron su traslado.
El rescate en tiempo récord
Aurelio, uno de los responsables de la operación, explica cómo lograron desmontar y transportar las 1.700 sillas en tan solo 24 horas. «Trabajaba en el bar Marcelino, en Montjuïc, cuando el director de la Fundación Joan Miró, Francesc Vicens, nos comentó que había unas sillas almacenadas. Me preguntó para qué las quería, y le dije que serían para el campo de fútbol y las calles del pueblo, ya que no teníamos asientos», relata.
Con la autorización en mano, los vecinos se pusieron manos a la obra. En pocas horas, las sillas estaban desmontadas y trasladadas a Langa de Duero, donde se repartieron entre varios puntos, incluido el campo de fútbol municipal.
Un toque barcelonista en Soria
Para Gregorio, un vecino del pueblo y aficionado al Barça, estas butacas tienen un valor especial. «Soy del Barça y del Numancia», comenta mientras confiesa haber tocado el himno blaugrana con su acordeón sentado en las sillas del Camp Nou.
Incluso el alcalde, Iván Andrés Aparicio, bromea sobre los recuerdos que estos asientos podrían contener: «Si las sillas hablaran, nos contarían muchas conversaciones e historias, incluso algún momento apasionado».
Entre el Barça y el Madrid
Curiosamente, Aurelio, pieza clave en esta historia, no es seguidor del Barcelona, sino del Real Madrid. «Admiro al Barça y a Messi, pero en todas las familias hay una oveja negra, y yo soy del Madrid», confiesa con humor.
Treinta años después, las butacas del Camp Nou siguen siendo un curioso vestigio de la historia blaugrana, ahora integradas en el día a día de un pequeño pueblo de Soria.