
El conseller de Política Lingüística de la Generalitat, Francesc Xavier Vila, en el Parlament
Cataluña
La Generalitat abre 1.000 plazas para aprender catalán haciendo énfasis en apartar el castellano de las aulas
«Las nuevas medidas permiten que los docentes lleguen a las aulas con la garantía de un conocimiento sólido de la lengua», asegura Vila
El gobierno catalán ha anunciado este martes que ampliará en más de mil plazas la oferta anual de cursos del nivel superior de catalán, el C2, a través de un acuerdo entre sindicatos, entidades y el Consorcio para la Normalización Lingüística (CPNL). El objetivo, según un comunicado de la Generalitat, es «asegurar una oferta formativa más flexible» y «universalizar el acceso al aprendizaje de la lengua catalana».
De esta manera, el objetivo del gobierno liderado por Salvador Illa es que los cursos de catalán no estén limitados al calendario del CPNL, que hasta ahora venía ejerciendo de embudo, sino que otras organizaciones puedan impartirlos también, tanto en formato presencial como online. En concreto, se colaborará con la Asociación de Maestros Rosa Sensat, el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Cataluña, CCOO y UGT.
A partir del mes de abril y a lo largo de todo 2025, cada una de estas entidades organizará un mínimo de diez cursos, «que se irán ampliando en función de la demanda». Cabe recordar que hace unos días El Periódico publicaba que, sólo en el primer trimestre de 2024, 5.337 personas habían quedado en lista de espera de los cursos de catalán para adultos del CPNL.
Imposición a los docentes
Aunque estos cursos están dirigidos a todos los ciudadanos que quieran aprender catalán, lo cierto es que desde el Govern el punto de mira está puesto en un colectivo concreto: los profesores. Así se desprende de las declaraciones del conseller de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, en el comunicado de la Generalitat: «Las nuevas medidas permiten que los docentes y futuros docentes lleguen a las aulas con la garantía de un conocimiento sólido de la lengua».
Vila defiende que «el nivel C2 es una herramienta de trabajo para muchos entornos laborales en que la palabra es parte fundamental de la profesión», pero obvia decir que su intención es que en el caso de los centros educativos esta «herramienta de trabajo» venga impuesta desde arriba.
Así, ya el anterior Ejecutivo –liderado por Pere Aragonès y del que ya formaba parte Vila– intentó hacer obligatorio el C2 de catalán como requisito para la promoción docente. El 14 de mayo de 2024, con el gobierno catalán ya en funciones, Aragonès aprobó el polémico decreto del régimen lingüístico para blindar la imposición del catalán y la marginación del castellano en las aulas, con una especial atención en el «nivel lingüístico del profesorado».
Este decreto actualmente está suspendido de forma cautelar por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que consideraba en su auto que «puede situar en una posición marginal a la lengua castellana en la enseñanza». En caso de que se levante la suspensión, el decreto estaba previsto para aplicarse ya en el curso 2025-26 en las escuelas e institutos catalanes.
Cabe recordar en esta línea que la Agencia Catalana de Noticias informó este verano de que en la actualidad solamente un tercio de los profesores de secundaria y uno de cada cinco de los docentes de primaria pueden acreditar el C2 de catalán.