Cartel del 8-M del Ayuntamiento de Castellvell del Camp

Cartel del 8-M del Ayuntamiento de Castellvell del CampAyuntamiento de Castellvell del Camp

Política

Polémica en Cataluña por los carteles del 8M con mujeres llevando burka

«¿Pero esto qué diablos es?» Esta es la pregunta que se ha hecho la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, al ver el cartel del Día Internacional de la Mujer patrocinado por el Ayuntamiento de Castellvell del Camp, un pequeño municipio de la provincia de Tarragona, cuyo alcalde, Josep Sabaté, de ERC, cuenta con el apoyo del PSC. En el cartel aparecen ocho ilustraciones de mujeres, de las cuales tres llevan burka.

También el Ayuntamiento de Lérida ha publicado un cartel con una mujer con burka. Ante esto, Orriols ha afirmado que «fallan blanqueando el velo islámico, misógino y fundamentalista». La idea de estos dos municipios, según han explicado, es representar la multiculturalidad existente en Cataluña.

En contraste, Ripoll, donde Orriols es alcaldesa, ha preparado una conferencia dedicada a ilustradoras catalanas, a cargo de Roser Vilardell, directora del Museo Etnográfico. En la red social X, Orriols ha manifestado que «en Ripoll conmemoramos el 8M reconociendo el talento de las ilustradoras catalanas y siguiendo las pisadas que nuestras antepasadas han dejado a lo largo de la historia».

No solo Orriols ha cuestionado el cartel de Lérida, en el que la mujer lleva un chador, un velo islámico de origen iraní que cubre la cabeza y parte del rostro. Cabe recordar que en Irán, las mujeres son perseguidas e incluso asesinadas por no llevarlo, ya que se considera una forma de resistencia religiosa frente a la occidentalización. También ha expresado su desacuerdo la exdiputada de Junts, Cristina Casol.

Casol, que abandonó Junts tras denunciar acoso por razón de género ante la Oficina de Igualdad, acreditando diversas situaciones de discriminación y constatando un machismo arraigado en el partido, ha comentado sobre el cartel de Lérida que el feminismo «debe rechazar cualquier representación que imponga normas patriarcales en las mujeres bajo el pretexto de su cultura». Casol acusa al Ayuntamiento de Lérida de «promover una falsa diversidad» con la «excusa» del «respeto a las culturas ajenas».

También ha afirmado: «Podéis pasar el pañuelo por todos los filtros que queráis, hacerlo tan fashion como queráis. Pero no por eso dejará de ser lo que siempre ha sido: el símbolo de todo un sistema de discriminación y opresión que es la punta del iceberg».

Estos no han sido los únicos carteles que han incorporado una mujer con velo islámico. También se han registrado casos similares en Premià de Mar, Cubelles y Sant Andreu de la Barca. Cabe recordar que, en 2024, el Ayuntamiento de Ripoll censuró un cartel de la Fiesta Mayor en el que aparecía una niña cubierta con un velo islámico, lo que generó una gran polémica y llevó a que Sílvia Orriols fuera acusada de racista.

La realidad de estos carteles va más allá de cualquier connotación religiosa. Se trata de municipios con una elevada presencia de población musulmana, y estos ayuntamientos realizan este tipo de gestos porque, en las elecciones municipales, los residentes extranjeros pueden votar. Este tipo de iniciativas pueden interpretarse como una estrategia política de cara a las elecciones municipales de 2027, donde mantener el voto de estas comunidades podría garantizar la continuidad en la alcaldía.

Por este motivo, partidos como ERC, que cuenta con una diputada con velo islámico en el Parlamento de Cataluña, y el PSC, que ha incorporado a personas de origen musulmán en sus filas, apoyan este tipo de cartelería bajo el argumento de la inclusión. Sin embargo, sus detractores consideran que esta inclusión es inexistente, ya que «el feminismo dentro de esta religión no existe».

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