
La central nuclear de Vandellós, situada en el término municipal de Vandellós y Hospitalet del Infante, Tarragona
Energía
Cataluña será la CCAA más afectada por el cierre de las nucleares, con un sobrecoste de unos 5.400 millones de euros
La patronal Foment del Treball advierte de un «apagón energético» si se prescinde de la energía nuclear
Se perderían 10.500 puestos de trabajo
Un informe de la consultora PWC, sobre el 'Impacto del cierre nuclear en Cataluña', refleja que será la comunidad autónoma más afectada si se acaba prescindiendo de la energía nuclear. Se advierte en el texto que esta situación tendrá un impacto en el coste energético, en el coste del sistema eléctrico, con aumentos de pool en 2035 de entre 13 y 29 euros el megavatio hora; además comportará una pérdida importante de puestos de trabajo, unos 10.500; y a ello hay que añadir que si no se garantiza un suministro eléctrico «fiable», la industria catalana «verá limitada el crecimiento de la demanda eléctrica».
Por este motivo, proponen que se pueda alargar 10 años la vida de las centrales nucleares en Cataluña, Vandellòs II, Ascó I y Ascó II, porque se conseguiría un ahorro mínimo de 5.400 millones de euros en la factura eléctrica. Y es que el socio responsable del sector de Energía de PWC, Óscar Barrero, deja claro que, si se prescinde la nuclear, no podrá ser compensada por el uso de las renovables: «serán los ciclos combinados los que ocuparán una parte importante de la generación nuclear y eso supondrá una pérdida de independencia energética».
Y con las consecuencias que esta situación puede conllevar, porque no solo se incrementará la dependencia energética con el exterior, al no tener garantizado el suministro constante por parte de las nucleares, sino que reducirá el atractivo de Cataluña para atraer nuevas empresas tecnológicas intensivas en consumo de electricidad. Y a la larga, todo ello, tendrá un impacto negativo en la economía, que se traduciría, de entrada, en la pérdida de unos 10.500 puestos de trabajo en Cataluña, que genera el sector y una aportación directa al PIB catalán de 900 millones de euros.
De ahí que aseguren que Cataluña debería aprender a funcionar incluso con menos energía. No hay que perder de vista que la nuclear supone el 58% de la electricidad que se produce en esa comunidad autónoma e incluso hay momentos en los que llega a superar ese porcentaje. También representa la mitad de la que se consume, y la cuarta parte de la potencia instalada. Lo cierto, según el actual plan vigente, en 2030 cerrará la central de Ascó I. Ascó II será siguiente, y cerrará sus puertas en 2032 y Vandellòs lo hará en 2035.Desde la patronal Foment del Treball defienden que «el objetivo es descarbonizar y tenemos que ir en esta línea, pero hoy en día no podemos prescindir de la energía nuclear en Cataluña porque, si no, tendríamos un apagón energético». Es la advertencia que hace Salvador Sedó, director de desarrollo sostenible de Foment.