La discoteca Chicago Latino se encuentra en un polígono industrialGoogle Maps

Seguridad

Vecinos de Les Arenes (Tarrasa): «Te dicen que es una ciudad segura, pero aquí al lado ha habido dos tiroteos»

En la ciudad se han registrado tres tiroteos en lo que va de año. Todo apunta a la lucha entre bandas por el control del tráfico de drogas

El año pasado, en Cataluña, los tiroteos se incrementaron un 23%. En concreto, se registraron 69, lo que supone una media de unos cinco al mes. También se intervinieron 445 armas, de las que 21 fueron armas de guerra. Y, este año, ya se ha registrado un tiroteo en La Mina, con más de 200 disparos; otro en el barrio de Sant Roc de Badalona; y tres en Terrassa. Los dos últimos se produjeron el pasado fin de semana y otro, en febrero. Los Mossos de Esquadra aseguran que detrás de estos tiroteos suele estar la lucha por el control del tráfico de drogas.

En Terrassa, como decíamos, el pasado fin de semana se registraron dos tiroteos. Uno de ellos se produjo la madrugada del domingo, a las puertas de la discoteca Chicago Latina, y hubo un fallecido. Este local se encuentra en la calle Tàrrega, en el barrio de Les Arenes – La Grípia – Can Montllor. Solo unas horas después, hubo otro tiroteo en la calle Historiador Cardús, y podría estar relacionado con el anterior, porque el hermano de la víctima aseguró en redes sociales que se iba a vengar. Y supuestamente, se dirigió a una barbería, donde hirió a una persona en el pie. Los Mossos creen que se trata de una guerra entre bandas latinas de narcotraficantes.

Pero es que el 22 de febrero, se registró otro tiroteo, también en el barrio de Les Arenes, en la calle Besòs. Un hombre resultó herido en la pierna, tras recibir dos disparos. Según las primeras investigaciones, el tiroteo podría estar relacionado con un enfrentamiento vinculado al tráfico de drogas. En este caso, la víctima es un hombre de nacionalidad marroquí.

El temor de los vecinos

Los vecinos de Terrassa, en concreto del barrio de Les Arenes, La Grípia y Cant Montllor, están asustados. Es lo que nos explica Carmen, que vive en la Avenida del Pintor Mir. «A según qué horas ya te da cosilla caminar sola por la calle, porque ya ves lo que ha pasado recientemente. No es muy agradable que tu ciudad, y que tu barrio, salga en las noticias, por eso, por dos tiroteos. Pero es que además eso está al lado de tu casa, y te da mucho respeto».

Ella asegura que la zona era tranquila, al menos, hasta hace poco, porque además de esos tiroteos, nos asegura que en las últimas semanas han intentado ocupar de forma ilegal, en dos ocasiones, una vivienda que se encuentra en su bloque de pisos. «Ahora estamos en alerta constantemente, porque eso significa que esta gente lo controla todo, y nuestros movimientos. Y tenían perfectamente localizado qué piso era», nos dice.

La primera vez, intentaron la ocupación de madrugada. El problema, dice, es que se les cayó una herramienta con la que estaban forzando la puerta, «hicieron mucho ruido, y eso alertó al vecino de al lado, que llamó a los Mossos». La segunda vez fue a plena luz del día, y, en esta ocasión, se hicieron pasar por unos operarios: «no coló, era raro que tuvieran que hacer no sé qué obras en un piso en el que no vive nadie. Pues otra vez llamamos a la policía».

Pero Carmen nos cuenta también que «en los bloques de al lado, intentaron entrar, no sé si a robar o a ocupar el piso, cuando la propietaria estaba dentro. Sabían que la mujer tiene una segunda residencia, y que hay días que está fuera de su casa». Tiroteos, intentos de ocupación o de robos de vivienda, pero es que «también han intentado robar a abuelillos, sus carteras o sus móviles».

Luis vive en la calle Borges Blanques, muy cerca de donde se registró el tiroteo. A él ya le extraña que una discoteca esté en un lugar «que no es el que le tocaría, porque está en una nave industrial, en medio de otros negocios». Tiene un perro, y ya ha advertido a sus hijos que, a partir de determinadas horas, y sobre todo en fin de semana, no van a sacar al animal, «por si se repite algo parecido y una bala suelta acaba donde no debe».

Y es que, muy cerca, hay un parque y una zona a la que acuden niños, familias, y se puede ver a menudo a gente paseando a sus animales. Luis asegura que el barrio «ha ido a peor últimamente», y, por este motivo, al igual que Carmen, piden más presencia policial, y que se pongan en marcha actuaciones concretas.

Lo cierto es que estas denuncias de los vecinos contrastan con los datos. Según el balance de criminalidad del Ministerio del Interior, en la ciudad se redujeron en un 3,4% los delitos cometidos, y especialmente destacado fue el descenso del número de robos con fuerza en domicilios, o establecimientos. Pero según dice Justiniano Villarán, el presidente de la sección sindical de Policía Local y Mossos de Esquadra (SPLCME) en Terrassa, «el papel lo aguanta todo». Bajan los hurtos y los robos, nos asegura, pero «te están subiendo los delitos más graves, como pueden ser las agresiones sexuales»

Villarán recuerda que, hace dos años, y a instancias del alcalde, desapareció la unidad de delincuencia urbana de la Policía Municipal que «históricamente se había encargado de controlar, precisamente, todo el tema de bandas, ya fueran bandas latinas u otros grupos que pueden causar inseguridad, o cometer delitos».

¿Y qué está pasando ahora? Se pregunta. Pues que estas bandas «están proliferando sin mucho control», porque no se está haciendo un «trabajo preventivo», y no se están monitorizando como antes. Este policía municipal explica que, en la ciudad, siempre han estado presentes bandas latinas, las «tradicionales», como los Latin King o los Ñetas, pero ahora, «parece que hay una banda que se llama Los Menores, que es la que está cogiendo fuerza».

Justiniano Villarán dice que hacen falta más efectivos policiales, a pesar del incremento de agentes de la Policía Municipal, por «motivos obvios», porque la ciudad «está creciendo mucho», pero, sobre todo, explica, tienen que estar «bien repartidos» entre todos los turnos. «La policía tiene un 30% más de efectivos, pero no se ha visto reflejado en el turno de noche, que sigue teniendo los mismos efectivos que hace quince años. Y es muy complicado controlar todas las zonas de ocio nocturno de Terrassa, porque están muy dispersas».

Pero este agente asegura que el alcalde ha puesto todo su empeño en potenciar la policía de barrio, «que está muy bien, pero cuando hay una urgencia, somos los patrulleros los que tenemos que acudir, y claro, no hay efectivos suficientes». Y, por este motivo, asegura, no se pueden montar controles de alcoholemia o no se pueden atender las urgencias «menores».

El Ayuntamiento pide calma

De momento, el Ayuntamiento ha ordenado el cierre preventivo de la discoteca Chicago Latino. Pero también inspeccionará los establecimientos considerados conflictos y tiene intención de cerrarlos si se detectan hechos delincuenciales. El alcalde, Jordi Ballart, asegura que «tendremos tolerancia cero, aplicaremos la ley con la máxima contundencia, trabajaremos para garantizar la seguridad y si eso conlleva cierres de locales conflictivos, lo haremos». Este fin de semana, tanto los Mossos, como la policía municipal han aumentado sus dispositivos, sobre todo en los puntos más sensibles.

El ayuntamiento también hace un llamamiento a la calma. También el alcalde tiene previsto reunirse con la consejera de Interior, Núria Parlon, el 3 de abril. De momento, Ballart explica que se ha creado un grupo específico para controlar exhaustivo de los locales conflictivos: «lo hemos hecho en la discoteca Chicago Latino, con el objetivo de frenar una delincuencia que preocupa a la ciudadanía y que está causando graves problemas». Lo cierto, es que hay tres barrios en Terrassa que resultan más conflictivos: Ca n’Anglada, Sant Pere Nord (donde estaba la barbería en la que se produjo el segundo tiroteo) y Egara, que es uno de los focos de venta de droga en la ciudad.