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Sanidad

Illa rebaja la exigencia del catalán para atraer médicos y atajar la crisis de las bajas laborales en Cataluña

Se acumulan más de 20.000 expedientes de incapacidad temporal de más de 18 meses

Hace solo unas semanas levantaba mucha polvareda la intención del Instituto Catalán de la Salud de incentivar económicamente a los médicos de los Centros de Atención Primaria para dar altas laborales. La Generalitat dio marcha atrás y ahora ha aprobado un plan de medidas para impulsar una estrategia de mejora de la evaluación médica, la inspección, la gestión y el control de procesos médicos y sanitarios relacionados con las prestaciones del sistema de Seguridad Social por incapacidades laborales.

Un plan que tiene como objetivo agilizar y mejorar la calidad de los servicios de evaluación médica e inspección sanitaria que lleva a cabo el Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas, el ICAM. Pero también se trata de reducir el número de expedientes de incapacidad laboral que este organismo acumula. En Cataluña hay más de 20.000 expedientes de incapacidad temporal de más de 18 meses

Lo cierto es que la consejera de Salud, Olga Pané, dejó claro que había que estudiar por qué en esta comunidad autónoma se da una alta incidencia de bajas laborales de forma sostenida. Es la segunda comunidad autónoma con más bajas por incapacidad temporal. Y, además, según datos del Departamento, el índice de incapacidades temporales es de 47 por mil, mientras que en la Comunidad de Madrid es de 32 por mil, 15 puntos por debajo.

Ante esta situación, se va a reforzar la plantilla con nuevos perfiles profesionales, sanitarios y administrativos para agilizar esos procesos de incapacidad. También se ampliará hasta el 30 de junio del próximo año el refuerzo temporal que el Govern aprobó el año pasado, y que estaba destinado a agilizar los reconocimientos médicos de los procesos de baja laboral más largos, superiores a un año.

Cursos de catalán

Pero hay que tener en cuenta que el ICAM tiene un 30% de médicos evaluadores vacantes. Y tan complicada es la situación, que hasta la consejería va a permitir que se flexibilice el requisito del catalán. Para poder ejercer en Cataluña se pide el C1, pero si no se encuentran candidatos con este requisito lingüístico, se permitirá el nombramiento de profesionales con un nivel inferior, un B2; y si tampoco se encuentran, el B1. En caso de que tampoco haya candidatos, se pondrá nombrar a otro profesional, aunque no tenga la acreditación lingüística, con el compromiso de conseguir progresivamente el C1 en un plazo de tres años, siempre y cuando tenga las competencias lingüísticas básicas.

¿Qué implica este proceso? Que cuando se incorpore el profesional, este deberá demostrar, al menos, un nivel B1 en comprensión oral y escrita. Al cabo de un año se acreditará propiamente el nivel; al cabo de dos años el B2 y cuando hayan pasado tres años, el C1. El departamento de Salud comunicará este requisito en el momento del nombramiento, ofreciendo un itinerario personalizado de formación. Este compromiso quedará reflejado en un contrato. Y, en caso de incumplimiento, el nombramiento será anulado.

El objetivo, dicen desde la consejería, es que los profesionales desarrollen su actividad de la forma más adecuada, y que, a su vez, los pacientes no renuncien a sus derechos lingüísticos. Por este motivo, Salud facilitará cursos de catalán y hará un seguimiento semestral del progreso de cada facultativo.

Por lo demás, se impulsará un sistema de productividad singularizado que reconozca las buenas prácticas profesionales por parte del personal médico evaluador e inspector para atraer candidatos. Y se valorará la viabilidad jurídica de implantar un proceso de estaturización para los médicos evaluadores, así como para los inspectores adscritos al ICAM. De esta forma, se pretende retener, en la medida de lo posible, al personal.

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