Las estafas son un fenómeno que crece a una velocidad vertiginosa hoy en día

Sociedad

Detenidos tres jóvenes por estafar más de 8.000 euros a una mujer de Albacete

Los arrestados consiguieron sus claves bancarias y se hicieron transferencias y sacaron dinero del cajero

La Policía Nacional ha detenido a tres jóvenes en Barcelona por estafar 8.182 euros a una mujer de Albacete. Consiguieron sus claves bancarias y se hicieron transferencias y sacaron dinero del cajero. Los tres son ‘mulas bancarias’, que trabajan para organizaciones internacionales dedicadas al fraude en línea. La víctima denunció los hechos el pasado mes de octubre, al detectar varios movimientos a su cuenta bancaria que no había autorizado. En total eran 10 transferencias, tres envíos de dinero a teléfonos móviles y varias extracciones en cajeros con las respectivas comisiones.

Los agentes identificaron a tres jóvenes, que figuraban como titulares de los teléfonos móviles que habían recibido el dinero, así como también de las cuentas bancarias que recibían las transferencias. Incluso alguno de ellos fue identificado haciendo extracciones de dinero directamente a los cajeros.

Esta estafa recibe el nombre ‘del nini’, puesto que las organizaciones utilizan jóvenes sin estudios ni trabajo a cambio de poco dinero. Reciben transferencias, abren cuentas o sacan dinero de cajeros para enviarlo posteriormente a cuentas bancarias en el extranjero o cuentas de criptomonedas.

Es la organización que obtiene el control del móvil de la víctima y de su aplicación de banco en línea a través de técnicas de ‘pishing’, haciéndose pasar por una entidad bancaria para conseguir que la víctima apriete un enlace o entre en un web malicioso.

Los jóvenes colaboradores son los primeros en ser detectados por la policía, puesto que constan como titulares de las cuentas o de los teléfonos. También se les graba en los cajeros. Una vez detenidos, estos jóvenes pocas veces declaran contra las personas que los han captado, principalmente porque lo han hecho a través de las redes o por aplicaciones de mensajería instantánea y no saben quién hay detrás de los mensajes. A veces no lo hacen por miedo, como el caso de uno de los tres detenidos, que habían denunciado amenazas.