Historias de Cataluña
El terrible torturador de las SS y otros agentes nazis que nunca marcharon de Barcelona
Tras la guerra, en la ciudad acabaron viviendo una docena de nazis, algunos de segunda fila y otros significativos
El sábado explicábamos que durante la II Guerra Mundial hubo en Cataluña miembros de la inteligencia militar alemana, la Abwerh. En concreto, unas 500 personas, entre espías y colaboradores. Pues bien, finalizada la guerra muchos nazis decidieron refugiarse aquí para salvaguardarse de la persecución de los vencedores.
Se hizo llegar al general Francisco Franco un listado, de 11 folios, fechado en 1945, redactado por los servicios de espionaje francés, inglés y norteamericano, en el cual pedían la repatriación y entrega de 104 nazis. La solicitud fue ignorada y ninguno fue entregado a los aliados. Recibieron la protección del estado español y facilidades para escapar.
En Barcelona acabaron viviendo una docena de nazis, algunos de segunda fila y otros significativos dentro del régimen nazi. Uno de los significativos era Rudolf von Merode. Se cree que acabó viviendo en Figueras, o al menos allí se le vio en más de una ocasión.
Merode es conocido como «el torturador de San Juan de Luz». Fue uno de los más eficaces torturadores de la Sicherheitsdienst (SD), el servicio de inteligencia de las SS, en Francia y España. Se le conoció por aplicar la técnica del baño de hielo a sus víctimas.
«Uno de los más peligrosos»
Otro personaje es Hans Heinemann, que se estableció en Barcelona. Este llegó aquí en 1943. Se le consideraba «uno de los más peligrosos agentes en España». A su mando tenía la organización que actuaba en Francia, Córcega y España. Colaboró con la policía española para detener a aquellos contrarios al régimen de Franco. Era dueño del Club Bar Cádiz.
Entre otras muchas acciones, estaba en el listado acusado del asesinato de dos aviadores canadienses en Francia. Estos intentaron huir a España por los Pirineos, siendo detectados y asesinados. También lo acusaron de haber formado parte de la Operación Valquiria, 20 de julio 1944, que quiso acabar con la vida de Hitler, por lo que abandonó Barcelona y se instaló en Sitges.
Un destacado líder empresarial, según el régimen franquista, fue Karl Andress Moser. Establecido en Barcelona, dirigió los Laboratorios Merck. Utilizados como tapadera para crear una red de espionaje. Estaba muy en contacto con el cónsul alemán en Barcelona, Karl Rosenberg.
Trabajando en Aduanas Pujol Rubio, se encargó de transportar las obras de arte que expoliaba el ejército alemán. Acabó sus días sin que nunca fuera extraditado ni molestado.
El vicecónsul alemán
El último personaje destacado era Gottfried von Waldheim, vicecónsul del consulado alemán en Barcelona y miembro de la sección cultural de la embajada alemana entre 1937 a 1945. Nacido en Graudenz el 23 de marzo de 1903, se licenció en Derecho e ingresó en la carrera diplomática alemana en 1935. Fue destinado a Addis Abeba.
En 1936 fue enviado a la Embajada de Alemania en España, ubicada en Salamanca, para ser trasladado en 1938 al Consulado General en Monrovia. Al iniciarse la Guerra Mundial logró autorización de las naciones aliadas para residir en las Islas Canarias, y vivió en Tenerife desde diciembre de 1942 hasta marzo de 1944.
Terminada la guerra, teniendo en cuenta sus ideas liberales, estuvo encargado de la Embajada de Alemania en Madrid, hasta el nombramiento de nuevo Embajador, pero continuó en ella realizando una valiosa actividad en el aspecto científico, jurídico, económico y caritativo.
Desde septiembre de 1952 a junio del siguiente año desempeñó la Jefatura de la Sección Comercial de la Embajada de Madrid, pasando en esta última fecha a realizar funciones diplomáticas en el Ministerio Federal de Asuntos Exteriores de Bonn y más tarde se le designó como Jefe de las misiones consulares de la República Federal de Alemania en Recife y Toronto, para ser nombrado, en octubre de 1963, Cónsul General en Valparaíso, donde falleció el 13 de enero de 1968, en el ejercicio del cargo.
De segunda fila
Luego están aquellos que hemos clasificado como de segunda fila, cuya vida y hechos llevados a cabo han quedado en el más profundo. Muy poca cosa se sabe de ellos, porque en un momento determinado se destruyó toda la documentación y se perdió esta información. El primero de ellos sería Hans Becker Wolf, que era el representante del Nationalsozialistische Volkswohlfahrt (NSV), o Bienestar Social Nacional Socialista. Era una organización de asistencia social, en Barcelona.
Fritz Otto Eichlert era secretario consular en Barcelona, mientras que Herbert Gloss era el representante de la Deutsche Reichsbahn Gesellschaft en Barcelona. Se trataba de la compañía nacional de ferrocarriles. Creada en 1920, después de la I Guerra Mundial, operó los ferrocarriles en Alemania durante la República de Weimar y el periodo nazi.
Durante la II Guerra Mundial jugó un importante papel al convertirse en un elemento básico en el transporte de las tropas, material bélico y municiones. Al finalizar la guerra pasó a llamarse Deutsche Reichsbahn en la Alemania occidental. En la oriental se llamó Deutsche Bundesbahn.
Domingo Gruetzer era agente de la Gestapo en Barcelona. Recordemos que la Geheime Staatspolizei (Gestapo) fue la policía secreta oficial de la Alemania nazi y de los territorios ocupados. La creó en 1933 Hermann Göring.
Carl Theodor Lassen, también conocido como Herbert Döbler, fue agente de la Gestapo en Lisboa, Barcelona y Madrid. Por su parte, Ewald Christian Paschkes fue miembro del servicio de inteligencia de la Luftwaffe, destinado a la agregaduría policial en Barcelona. La Luftwaffe era la fuerza aérea alemana integrante de la Wehrmatcht.
Anton Pock era policía y miembro de la Sieherheitsdienst (SD), servicio de inteligencia de las SS, adscrito al consulado alemán en Barcelona. Había nacido en Innsbruck en 1905. Fue enviado a España como empleado de la Kripo y permaneció un corto período de tiempo en San Sebastián, antes de ser destinado al Consulado alemán en Barcelona.
La Kripo, Kriminal Polizei, policía criminal, fue un organismo estatal que se encargó de las investigaciones criminales. Dependía de la Oficina Central de Seguridad del Reich, como Departamento V.
Finalmente tenemos a Oskar Reiman. De él se conserva el siguiente documento:
Esta ceremonia la llevo a cabo de la siguiente manera, que la persona designada sea fiel a su juramento de servicio, teniendo en cuenta que sus deberes oficiales están cumplidos y la confianza está justificada, como queda probado con este nombramiento. Al mismo tiempo se le permite proteger al Führer.
Berlín a 23 de octubre 1941
El Ministro del Interior del Reich
A nombre de Oskar Reimann
Reimann, también conocido como August Zwiesele, es nombrado inspector consular con sede en Barcelona. Su principal cometido consistía en establecer una red de espionaje en Francia, España y el protectorado español de Marruecos.