Lucía Medina y Oriol Bartomeus, autores del estudio del ICPSACN

Sociedad

El 60% de la población catalana está de acuerdo con la inmigración, según el Instituto de Ciencias Políticas y Sociales

Las mujeres jóvenes son las más favorables ante la llegada de personas extranjeras; las mayores de 65, las que menos

El sondeo del 2023 del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS) muestra que el 60% de las personas encuestadas está de acuerdo con la inmigración, mientras que un 22%, está en desacuerdo.

El grado de acuerdo es similar al de hace dos décadas y el desacuerdo, bastante más bajo (el 2002 se acercó al 40%), en un contexto con muchas más personas extranjeras que viven en Cataluña. «Constatamos que con más inmigración, opiniones más positivas», afirma el director del ICPS, Oriol Bartomeus. Los motivos que se esgrimen de rechazo a la inmigración son mayoritariamente culturales, mientras que el 1992 eran económicos -esta pregunta se ha recuperado en el sondeo del 2023-. Las mujeres jóvenes son las más favorables a la inmigración; las de más de 65 años, las que menos.

El ICPS -un consorcio de la Diputación de Barcelona y de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)- ha presentado este miércoles los resultados del sondeo anual del 2023 sobre la opinión del electorado catalán ante la inmigración, a partir de 1.200 encuestas presenciales que se hicieron el otoño del año pasado.

«La sociedad catalana es más tolerante hoy con la inmigración y los fenómenos que están asociados del que lo era hace 20 o 30 años», han expuesto los autores del estudio, Lucía Medina i Oriol Bartomeus, que han puesto énfasis que el contexto sociodemográfico es muy diferente al de los años 90 o principios de los 2000. Según datos del Idescat, 1.361.981 personas extranjeras viven en Cataluña, de acuerdo con los datos del 2023, mientras que el 2000, 181.590.

En este sentido, el director del ICPS ha expuesto que antes del sondeo pensaban que este incremento y convivencia «podía llevar la opinión pública catalana a ser más negativa» con la inmigración pero que han constatado «exactamente el contrario» y ha recalcado que los diferenciales del informe son «muy consistentes».

El grado de acuerdo con la inmigración es mayoritario entre la población catalana según el sondeo (60%) y coincide con el registrado en los primeros siete años del siglo -esta pregunta se incluyó a los sondeos por primera vez el 2000-. El 2003 llegó a su punto máximo, con un 60,3%. El grado de desacuerdo del sondeo del 2023 es menor que el de aquellos años, cuando el 2002 llegó a acercarse al 40% y el 2003 se situó cerca del 30%.

El sondeo también recoge la opinión sobre la necesidad de limitar la entrada de personas inmigrantes en Cataluña. El 51,5% de los encuestados no está de acuerdo a limitarla y un 44% cree que se tendría que hacer. Hace 30 años, la opinión mayoritaria era que se tenía que limitar, con un 65% -esta pregunta se hizo el 1993 y se ha recuperado por primera vez el 2023-.

Otra opinión que explora el sondeo: la mayoría de personas (73%) no tiene problemas a tener una mezquita cerca de casa, mientras que una de cada cuatro (24%), sí. El 2007 -último año en que se hace esta pregunta-, la mitad de la población sí que veía algún problema.

El informe también recoge que las personas que muestran una actitud menos favorable a la inmigración suelen ser hombres de más de 64 años o mujeres de más de 49, con estudios secundarios o inferiores, ubicados al centroderecha o a la derecha, votando del PP, Vox o Cs.

Las más favorables son sobre todo mujeres de menos de 50 años con estudios superiores, que se sitúan a la izquierda o al centroizquierda y que han votado los comunes y la CUP. Si el 75% de las mujeres hasta 34 años se muestra favorable a la inmigración y no está de acuerdo a limitarla, este porcentaje baja al 42% en las mujeres mayores de 65.

Los autores apuntan que el debate de la inmigración puede responder a los «intereses políticos de algunas formaciones»

Ante estos resultados, Bartomeus ha advertido que el debate sobre la inmigración puede ser un «debate construido» y «responder a los intereses políticos de algunas formaciones más que no a una opinión real de los electores». El director del ICPS ha insistido que, de acuerdo con el sondeo, los electores catalanes tienen una opinión «mucho más positiva» de la inmigración que hace 30 o 20 años y que esta percepción es importante porque la llegada de personas otros países es un «fenómeno cotidiano» y porque suele aparecer en el debate político «de forma generalmente negativa».

Después de que en los últimos meses la inmigración como debate haya vuelto a la agenda política, y a veces con mucho ruido, Bartomeus ha alertado que hay el «peligro» que los debates construidos acaben siendo reales y que por lo tanto «los intereses de actores políticos acaben influyendo en la opinión generalizada de la población». «Hay debates que emanan de la sociedad y son recogidos, pero hay otros que vienen de arriba, que son construidos, y que impregnan la sociedad y las opiniones. Nuestra idea es que estamos ante un debate construido», ha añadido Medina.

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