Ciudad
La escultura ignorada de Barcelona inspirada por una de las películas más tristes de Walt Disney
El Zoo de Barcelona guarda en su interior una pieza de arte público con una historia digna de ser más conocida
Existe en Barcelona una escultura que cada día ven decenas o cientos de personas y de la que, sin embargo, pocos conocen su historia. Se trata de la escultura de cinco antílopes saltando en formación que se puede ver desde 2011 en el Zoo de la ciudad: no son muchos los que saben que está basada en la película Bambi y que tiene su origen en una de las asociaciones más estrambóticas de la capital catalana.
Hemos de remontarnos al año 1927: en esta fecha, el pintor Santiago Rusiñol y el periodista Joaquim Ciervo fundaron El Arca de Noé, una asociación a la que solo podrían pertenecer aquellos que tuviesen apellido de animal. En agosto de 1958, los miembros de esta curiosa entidad propusieron al Ayuntamiento que construyese un monumento en homenaje a Walt Disney, como agradecimiento por sus fantasías.
Cabe recordar que para entonces se habían estrenado ya muchos de los clásicos más recordados de la llamada «edad de oro» de Disney, empezando por Blancanieves y los siete enanitos (1937), e incluyendo Pinocho (1940), Dumbo (1941), Bambi (1942) o La Cenicienta (1950). El alcalde Josep Maria Porcioles dio el visto bueno al proyecto y se creó una comisión que incluía a la cámara de comercio de los EE. UU. en España.
Ni Mickey ni Donald
La idea inicial era que dicho monumento representase a los diferentes animales de las películas Disney, y se decidió instalarlo en la puerta del Zoo, en el parque de la Ciutadella. Finalmente, no obstante, ni el ratón Mickey ni el pato Donald ni el elefante volador aparecieron en la escultura, ya que la comisión escogió una obra alegórica de la escultora Núria Tortras llamada Bambis saltando, pero en la que aparecían antílopes, y no cervatillos, como habría sido más natural.
La escultura se financió gracias a una fiesta infantil organizada por el consistorio en el parque el día de la inauguración de la obra, el 9 de noviembre de 1968. Con el paso de los años, la escultura fue olvidada, máxime cuando se clausuró la entrada al Zoo por el lugar en el que estaba instalada. En 2011, el monumento a Walt Disney se trasladó al interior del Zoo, donde hoy en día se puede ver junto a los antílopes y los cervatillos de carne y hueso.
Otra estatua «Disney»
Cabe destacar que, aunque el de Tortras es el único monumento «oficial» que homenajea a Walt Disney, en Barcelona hay otra obra de arte público conectada con las películas del estadounidense. Se trata de una escultura de Josep Manuel Benedicto situada en la plaza Gala Placidia claramente inspirada en la princesa protagonista de la primera película del estudio.
La obra se inauguró en 1947, seis años después de que se estrenase en España Blancanieves, y la niña retratada en la escultura, una niña con —ahora sí— un cervatillo, tiene un innegable parecido con la protagonista de la película. De hecho, la obra se conoce popularmente como «fuente de la Blancanieves».