Daniel Sirera, en un asentamiento chabolista en Sant Andreu de PalomarPP Barcelona

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El chabolismo persiste en Barcelona: 384 personas malviven en asentamientos irregulares

El PP exige al alcalde un plan municipal: piden que actúen los servicios municipales y que se recoja la basura

El chabolismo aún persiste en al menos 100 lugares de Barcelona, según datos hechos públicos por el grupo municipal popular a finales de la semana pasada. En este centenar de asentamientos irregulares, añaden, malviven 384 personas, de las cuales 50 son menores.

Frente a esta situación, el presidente del grupo del PP en el Ayuntamiento, Daniel Sirera, exige al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que implemente un plan municipal. Lo hizo tras visitar uno de estos poblados chabolistas, en el barrio de Sant Andreu de Palomar: «Es necesario que los servicios sociales actúen cuanto antes», asegura Sirera, advirtiendo que en el lugar vivían también niños y una mujer embarazada.

Desde el PP se hacen eco de las denuncias de los vecinos, que se quejan del «peligro que supone que estas personas hagan hogueras en zonas donde además prolifera la vegetación sin control». Sirera ha reclamado a Collboni que «escuche a los vecinos afectados por éste, y tantos otros asentamientos como el de Vallcarca, y que el Ayuntamiento recoja la basura que se acumula alrededor de estos lugares».

Plan de vivienda

El grupo del PP en el consistorio presentó en junio una proposición en la comisión de Ecología, Urbanismo, Movilidad y Vivienda en la que instaban al gobierno municipal a erradicar los asentamientos, tal y como recoge el plan de vivienda vigente del propio Ayuntamiento. La proposición se aprobó, pero en estos casi cinco meses todavía no se ha producido ningún desalojo.

«Lo que más nos preocupa es que se pueda acabar con la situación de decenas de niños que viven precariamente en estos asentamientos, y la seguridad de los vecinos que padecen el problema de cerca», asegura Sirera, que exige a Collboni abordar la cuestión de forma integral, pero con celeridad «para que los vecinos dejen de sentirse amenazados».