Cartel con el que Arran anuncia las actividades que va a llevar a cabo

Barcelona

Organizan un taller de «autodefensa antifascista» en Barcelona para pasar de la «libreta» al «cuerpo y puños»

. El objetivo, según los miembros de Arran, es «activar» un movimiento antifascista con «capacidad de incidencia en el barrio»

El «Taller de autodefensa antifascista» es una de las actividades que forma parte de la campaña «Destapemos al fascismo» que ha organizado los cachorros de la CUP, Arran, en el barrio del Poble Nou, en Barcelona, y que empiezan este 27 de octubre con un vermut popular en el Casal de Jóvenes de Can Ricart. El 24 de noviembre está programado ese taller para «aprender los mecanismos más adecuados para combatir a la ultraderecha» y el 13 de diciembre se llevará a cabo una «formación abierta sobre las nuevas caras de la extrema derecha».

Y el cartel que anuncia todos estos actos también es bastante explícito: un hombre con vestimenta militar que lleva una metralleta. El objetivo, según los miembros de Arran, es «activar» un movimiento antifascista con «capacidad de incidencia en el barrio» porque tiene que ser una «zona liberada» de fascistas y «hay que demostrarlo».

De hecho, estos jóvenes de la CUP hacen un llamamiento a no solo coger «libretas, bolis y libros», sino también «manos, cuerpo y puñetazos para combatir desde todos los frentes el surgimiento de nuevos fascismos». ¿Y a qué «fascistas» se refiere la CUP y ¿por qué? En su argumentario citan a la primera ministra de Italia, Georgia Meloni, por deportar a inmigrantes a Albania; pero también a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, por plantearse comprar las políticas en materia de inmigración de Meloni; al líder de Vox, Santiago Abascal, por defender «deportaciones masivas» y a la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, por según ellos, «celebrar el genocidio palestino».

Además, los miembros de Arran Poblenou, en una publicación, aseguran que la extrema derecha campa «libremente y lo hace, todavía más, en las redes sociales con discursos de una gran debilidad argumental que señalan a los más débiles». Se refiere a los inmigrantes, con, según Arran, «teorías conspiranoicas que los hacen culpables de todos nuestros males». También acusan a los que ellos consideran fascistas de ser una «ideología del odio», «populista», «cínica» e «instrumentalizadora» con la que quieren que desaparezca el feminismo, la cultura o la nación, como «herramienta de opresión de otros colectivos».

El presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Dani Sirera, ha exigido al alcalde, Jaume Collboni, que no permita que se celebren estas jornadas, y que denuncie este tipo de actividades, «a las que nos tienen acostumbrados los jóvenes de la CUP», ya que «en nuestra ciudad no pueden tener cabida actividades que llamen a la violencia», y mucho menos en un casal de jóvenes de titularidad pública, como es el Casa de Joves de Can Ricart.

Para Sirera, «las ideas se debaten, no se imponen, y mucho menos usando la violencia para hacerlo». Y también deja claro que «estamos hartos» de que se pueda permitir a los cachorros de la CUP que lleven a cabo «actos violentos», como los de este verano, acosando a los turistas que veían a Barcelona con el objetivo, según reconoció la propia formación, de «espantar al turismo y que les sea menos apetecible venir».

En la misma línea se pronuncia el líder de Vox en Barcelona, Gonzalo de Oro, quien considera que la Fiscalía debería tomar cartas en el asunto e investigar «qué que tipo de mensajes violentos y de odio difunde Arran en redes sociales y diferentes actos», como es el caso de esta actividad organizada en el Poblenou. Deja claro que «no podemos obviar mensajes y acciones de estos colectivos radicales que incitan al odio y la violencia, así como la quema de fotos con la cara de diferentes políticos que se hizo en septiembre».

En este sentido, cree necesario que las administraciones, entre ellas el Ayuntamiento de Barcelona, reaccionen ante este tipo de situaciones, y «veten» la participación de los jóvenes de la CUP en espacios como las Fiestas Mayores; que no les cedan equipamientos municipales y les retiren «cualquier subvención pública». De Oro considera que «el incivismo y la violencia de estos grupos se debe perseguir con multas y penas de cárcel».

Otras actividades polémicas

Arran también fue noticia recientemente, recordemos, porque tenía previsto celebrar en Sant Cugat unas jornadas que incluían actividades como «Apunta al facha» o «Rompe el cordón policial» que, según esta organización, querían ser un acto de protesta contra la privatización de los espacios públicos de ocio y la burocratización de las fiestas mayores. El Ayuntamiento de Sant Cugat finalmente prohibió estas actividades porque podían «alterar la convivencia».

Pero es que, en verano, en agosto, también fue muy polémica una actividad, en el marco de la Fiesta Mayor de Granollers (Barcelona), en la que jóvenes y pequeños pudieron lanzar un cóctel molotov a una figura que simulaba ser un policía, o lanzar un contenedor a un vehículo policial. Todo ello, dentro de un prácticum sobre «Técnicas aplicadas de guerrilla urbana». El taller en cuestión se llevó a cabo en la plaza Can Trullàs, y se presentaba como una «introducción a las principales herramientas técnico-tácticas para una estrategia subversiva». Lo organizaba Blaus-Blaucops. Desde el ayuntamiento de Granollers, gobernado por el PSC, se desvincularon de este taller que, en cualquier caso, estaba publicitado por el propio consistorio.