Varios turistas se hacen fotos junto a la Sagrada Familia, en Barcelona.EP

Economía

Las viviendas dedicadas al alquiler turístico en Barcelona no llegan al 1 % del total

Los hoteles en la capital catalana no llegan a asimilar el 60 % de la demanda

En los últimos diez años los precios del alquiler han subido diez puntos más que los de compra: un 57 % frente al 47 % de la compra. Este aumento, que ha sido mayor en las grandes ciudades, es especialmente grave, dado que los ingresos familiares han crecido catorce puntos menos de lo que se ha incrementado la vivienda. Esta situación ha llevado a que uno de cada tres inquilinos ya destina más del 40 % de sus ingresos a pagar el alquiler.

Esta información se incluye en un informe de PWC que analiza el impacto del alquiler de corta duración en España y que concluye que la presión sobre el precio de la vivienda, entre otros motivos, no para de subir debido al incremento de la población en España.

Hay que tener en cuenta que solo durante el año pasado en nuestro país se crearon 272.000 nuevos hogares, el triple de viviendas construidas, lo que genera una alta demanda y, en consecuencia, un incremento de precios.

El crecimiento de población ha venido acompañado de una caída grave en la producción de vivienda. Así, en los últimos 13 años la producción anual media ha sido de un 73 % menos que en el período 1970 a 2010.

La consecuencia de dificultar el acceso a la vivienda es que a día de hoy un 20 % de la población vive en residencias inadecuadas. Siendo la caída grave más aún lo ha sido la de vivienda social dado que en la última década su construcción ha bajado en picado, un 84 %, en relación a la década anterior.

Pisos vacíos

A pesar de estos datos se da la contradicción que en nuestro país hay 4 millones de viviendas vacías, un 14% del total. Aunque hay en la actualidad hay un gran debate sobre el uso social de la vivienda y una tendencia a la ultra regulación, con el argumento de que esta puede liberar viviendas destinadas actualmente a otros usos y que sean accesibles para gente en búsqueda de primera vivienda.

No obstante, la realidad es que los datos revelados por PWC ponen de manifiesto que en nuestro país las viviendas secundarias ubicadas en grandes ciudades solo suponen el 9 % del parque, y que las propiedades destinadas a alquiler de corta duración, ACD, son solo el 1,3 %. Se trata de 351.389 viviendas pero poco más de un tercio de las mismas, 130.013 son las destinadas a alquiler turístico, un 0,9 % del total.

Barcelona

En el caso de la ciudad de Barcelona, las viviendas con alquiler de corta duración suponen el 0,34 % del total lo que desmiente que la clausura de todos los apartamentos turísticos que ha anunciado el ayuntamiento de Barcelona para el año 2029 sea la solución a los problemas de vivienda de la Ciudad Condal.

Hay que tener en cuenta que Barcelona recibe millones de turistas anualmente y la oferta de plazas hoteleras no es capaz de absorber toda la de demanda con lo cual el cierre de los apartamentos turísticos lejos de resolver el problema de la falta de vivienda generará un problema añadido sobre un sector, como el turístico, dado que los hoteles en Barcelona no llegan a asimilar el 60 % de la demanda.

Los alquileres de corta duración no han sido un freno al acceso a la vivienda si no la respuesta a una demanda cambiante de los turistas en búsqueda de experiencias de inmersión en los lugares que visitan. Además, los expertos consideran que estos alquileres han contribuido a desestacionalizar el turismo, solo el 33 % de las reservas se hacen en los meses de verano y a reducir la presión sobre el centro de las ciudades dado que los alquileres de corta duración se diseminan por toda la ciudad.