Cataluña
El caso del clarinetista andaluz despedido por no tener el C1 de catalán llegará a juicio en enero
Es la primera vez que se despide a alguien por no poder acreditar ese nivel lingüístico en un proceso de estabilización
El caso del clarinetista despedido de la Banda Municipal de Barcelona por no tener el nivel C1 de catalán llegará a juicio. Será el próximo 15 de enero en el Juzgado Social 34 de la capital catalana. Va a ser el primer juicio de estas características, teniendo en cuenta que es también la primera vez que se despide a alguien por no poder acreditar ese nivel lingüístico en un proceso de estabilización. Hay que recordar que el músico llevaba en la banda más de 25 años.
Es la historia de José Joaquín, de Sevilla, despedido no por falta de méritos, sino por no acreditar ese C1 de catalán. Por este motivo, decidió impugnar las bases del concurso de mérito, al considerar que los requisitos son «excluyentes». Y siguen a la espera de una sentencia. El abogado de este músico, Ángel Escolano, recordaba una sentencia del Tribunal Constitucional que apunta a que se pueda contemplar el requisito de catalán para acceder a un puesto de trabajo, siempre que sea «razonable».
Y se preguntaba si es razonable pedir un C1 para un clarinetista, como es el caso de José Joaquín; para un cocinero o para un trabajador de mantenimiento, que, además, no tienen que estar de cara al público. No puede ser, apuntaba, que el catalán «sea un peaje para acceder a la administración pública en Cataluña».
Impugnaron las bases del concurso, y evidentemente, el despido de José Joaquín, porque no es una causa prevista para que se eche a una persona, a un interino, no saber catalán. Otra cosa es que se haya cubierto esa plaza o que se extinga, que no ha sido el caso. Además, el problema no es que este clarinetista no sepa el catalán. Que sí lo sabe, y lo entiende. De hecho, su día a día en la banda, en los ensayos, utilizaba el catalán. E incluso el inglés, si había un director invitado de fuera de España.
Otra cuestión a tener en cuenta en este caso, es el problema de fondo con el exceso de interinos en España. La Unión Europea obliga a reducirlos, y de ahí que se hagan convocatorias extraordinarias para consolidar estos puestos. El problema en Cataluña, según Escolano, es que no se hace examen, excepto de catalán. Es decir, si no se dispone de la acreditación correspondiente hay que pasar por este examen. Pero la anterior alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, «añadió que, si no lo pasan, los echan», aseguraba Escolano.
En cualquier caso, a José Joaquín nunca le habían pedido algún tipo de requisito lingüístico. E incluso, por iniciativa propia, decidió sacarse en 2006 el A2 de catalán. Por cierto, superó el examen de sobra, pero los profesores en lo que se fijaron fue en su acento. Para él, esta situación le resultó «desagradable».