
Casa Orsola
Sociedad
Tensión en aumento antes del desalojo en Casa Orsola (Barcelona): mediación en marcha, pero sin acuerdo
El Ayuntamiento y la Sindicatura de Greuges apuestan por el diálogo, mientras el Sindicato de Inquilinos mantiene la presión en la calle
A pocos días del primer desalojo en Casa Orsola, la tensión crece en Barcelona en medio de la crisis de vivienda. Tras el reciente desalojo de la Antiga Massana, el Ayuntamiento y la Sindicatura de Greuges han instado a la propiedad y a los inquilinos a negociar para encontrar una solución de consenso.
El síndico David Bondia se ha ofrecido a mediar en el conflicto y ha pedido a ambas partes «hacer todos los esfuerzos posibles» para evitar el desalojo. Desde el consistorio, el comisionado de Vivienda, Joan Ramon Riera, ha respaldado la propuesta y ha señalado que el gobierno municipal está dispuesto a destinar recursos para facilitar el acuerdo. «Una buena solución sería suspender el lanzamiento y sentarnos a la mesa», ha declarado.
Inquilinos abiertos al diálogo, pero sin bajar la guardia
El Sindicato de Inquilinas ha asegurado que está dispuesto a negociar si la propiedad se sienta a la mesa, pero ha denunciado que en tres años no se ha presentado ninguna propuesta viable. Enric Aragonès, portavoz del sindicato, ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para frenar el desalojo: «Queremos que Casa Orsola sea indesalojable».
La propiedad acusa al sindicato de manipulación
Por su parte, la propiedad del inmueble ha arremetido contra el Sindicato de Inquilinas, al que acusa de engañar a los inquilinos con la falsa promesa de mantener sus contratos indefinidamente. En un comunicado, han calificado de «campaña de hostigamiento» las protestas y han pedido a las administraciones que actúen con contundencia.Los propietarios insisten en que las resoluciones judiciales avalan la recuperación de las viviendas y advierten que los retrasos en los desalojos generan inseguridad jurídica y afectan al mercado del alquiler en Barcelona. También aseguran que los inquilinos que han negociado directamente han alcanzado acuerdos satisfactorios, mientras que cuatro residentes, no considerados vulnerables, se niegan a aceptar propuestas razonables al seguir la estrategia del sindicato.
A un día del desalojo, el conflicto sigue sin resolverse y Casa Orsola se ha convertido en el epicentro del debate sobre vivienda en la ciudad.