Trabajos de liquidación y refresco efectuados este lunes en el incendio forestal de Useres (Castellón)EFE

Explotan dos bombas de la Guerra Civil cerca del incendio en Bejís (Castellón)

La detonación de los artefactos bélicos no ha afectado a las labores de extinción de los incendios que se llevan en la zona

La Comunidad Valenciana sigue padeciendo los efectos de los incendios este verano. Por ahora, el último está siendo el de Bejís, en la provincia de Castellón. De hecho, las llamas han hecho estallar, según informan los Servicios de Emergencias, dos bombas de la época de la Guerra Civil.

El incendio provocado en la zona, aunque no es el primero, ya que los efectivos siguen luchando contra el de Useres, por lo visto, no ha cogido de improviso a los vecinos.

Los incendios más devastadoras de la historia de EspañaKindelán

Respecto a efectivos en la zona, la cuenta oficial en Twitter del cuerpo de Bomberos de la Diputación de Castellón ha informado que cuenta con «diez medios aéreos de la Generalitat, uno de ellos en coordinación con ocho unidades de bomberos forestales del Consell».

Asimismo, la consejera de Justicia e Interior, Gabriela Bravo, ha detallado que también intervienen «dos unidades helitransportadas, seis autobombas, así como cinco dotaciones, cuatro mandos y un camión de la diputación de Castellón».

Valencia sigue ardiendo

El de Bejís se une a otros fuegos activos en la Comunidad Valenciana. El que más preocupa es el de la Vall d’Ebo, en Alicante.

Según informa la Comandancia de la Guardia Civil, más de mil doscientas personas se han visto obligadas a abandonar sus domicilios. De hecho, este incendio está ya considerado como el peor de la década en la Comunidad Valenciana.

El incendio de Vall d’Ebo (Alicante) arrasa más de 6.500 hectáreas y obliga a desalojar a 1.200 vecinos

Por otra parte, el de Useres, en la zona interior de Castellón, ha arrasado cerca de mil hectáreas.

Concretamente, el incendio ha afectado a más de «ochocientas hectáreas», lo que equivale a un perímetro de veintiún kilómetros frente al que siguen luchando cincuenta personas.

En los «dos focos que permanecen activos se está trabajando en la vigilancia y control de los puntos calientes para evitar su reproducción». Según la consellera, la humedad que pudiera haber a lo largo de la noche «pudiera ayudar a refrescar mucho la zona e ir extinguiendo la las llamas».