Un pantano español practicamente secoEFE

Sánchez ignora los trasvases en plena sequía mientras apuesta por las desaladoras pese a su impacto ambiental

El presidente del Gobierno no se plantea retomar el Plan Hidrológico Nacional derogado por Zapatero para contentar a Esquerra pese al apoyo del sector

Uno de los temas más tratados mediáticamente este verano está siendo la sequía que afecta a España y a buena parte de nuestro entorno. El escaso nivel de agua en los embalses, la pérdida de cosechas o las consecuencias del tan manido cambio climático han copado gran parte de la cobertura periodística.

Para paliarla, el Gobierno de Pedro Sánchez no ha cesado de enviar mensajes alertando a la población, así como anunciando posibles soluciones. Una de ellas es incentivar el uso de desaladoras, mientras sigue ignorando los trasvases.

Al respecto, el portavoz adjunto del Partido Popular en las Cortes Valencianas, Miguel Barrachina, destaca el impacto ambiental «grande» que supone el uso de las desaladoras, algo que choca con las políticas del autodenominado Gobierno más ecologista de la Historia.

Frente a ello, Barrachina asegura que las desaladoras deberían ser utilizadas únicamente «como un segundo recurso». Así, el popular señala que hay contextos que sí obligan a recurrir a ellas, como es el caso de las islas, donde son «indispensables» debido a que el caudal de agua dulce «no es suficiente».

Como alternativa, el portavoz reclama a Moncloa que retome la política de trasvases, especialmente el del Tajo-Segura, que beneficia a las provincias de Alicante, Murcia y Almería, así como el del Ebro.

Sistema de regadío

Cabe recordar que la primera medida que tomó José Luis Rodríguez Zapatero cuando llegó al poder fue paralizar el trasvase del Ebro, enmarcado dentro del Plan Hidrológico Nacional de José María Aznar. El propio expresidente reconoció que ese fue el precio que tuvo que pagar para granjearse el apoyo de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y su voto afirmativo en la investidura.

Sobre ello, Barrachina aboga por un «gran pacto» como el vigente hasta la decisión de Zapatero: «Contaba con el apoyo del 83% del Consejo Nacional del Agua y estaban a favor los regantes de Aragón, Cataluña y la Comunidad Valenciana», asegura el popular.

Evitar pérdidas masivas de agua

En este sentido, el parlamentario autonómico insiste en que llevar a cabo los trasvases no significa «quitar una gota a nadie» y señala que estas infraestructuras tienen como objetivo que cuando se produzcan lluvias masivas, «no se pierda agua masivamente como viene sucediendo en la actualidad».

Respondiendo a las acusaciones de buscar la confrontación vertidas desde las filas de los distintos partidos de izquierdas, Barrachina contesta que defender la necesidad de trasvases frente a las desaladoras «no tiene como objetivo reabrir batallas del agua», sino que busca un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos nacionales.

Respecto al Tajo-Segura, el parlamentario popular espera que se «mantenga en los términos que se pactó en la etapa de Mariano Rajoy con las cinco comunidades autónomas afectadas».

Barrachina expresa esa esperanza porque en 2022 el Ejecutivo de Sánchez ha «perpetrado» un recorte del cuarenta por cien en el trasvase «que va en contra de la agricultura e incluso del consumo humano».