Un edificio de Valencia okupadoCarlos Latorre

Valencia

La okupación y la delincuencia desbordan a Ribó a pesar de la desesperación vecinal

El aumento de la conflictividad está convirtiendo ciertos barrios de la ciudad en guetos «donde no entra la Policía»

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, está centrando su último mandato en llevar a cabo una serie de obras en la zona del centro de la ciudad. Por ello, no son pocas las críticas que desde la oposición municipal y de comerciantes y usuarios le han caído. Según ellos, el primer edil está priorizando la adecuación de las zonas nobles frente a las necesidades de los barrios.

Así pues, distritos como los de Nazaret, el Grau u Orriols están experimentando un declive nunca visto hasta ahora. La okupación, el aumento de la delincuencia y el vandalismo forman parte de su día a adía.

Respecto al barrio de Nazaret, colindante al flamante puerto de Valencia, el presidente de su Asociación de Vecinos, José Antonio Barba, señala que en la zona hay problemas «ahora más que antes» en relación a la okupación y la proliferación de delincuentes.

Según explica Barba, el principal problema a la hora de que la barriada esté como está es que los vecinos «no denuncian ni se atreven a denunciar». «Entre que te roban la cartera, vas a comisaría, denuncias y sales con el cabreo, el que te la ha chorizado ya ha birlado cuatro o cinco más y a él no le pasa nada», señala el presidente de los vecinos del barrio. Para Barba, este hecho provoca que la víctima «sea del barrio o no, pase olímpicamente de denunciar».

En otro barrio, pero con la misma problemática, Orriols, su presidenta de Comerciantes, Paqui Bou, alerta de la situación actual de la zona: «Hay gente que ni siquiera se atreve a ir a comprar aunque sea a plena luz del sol», asegura. Según Bou, a ciertos barrios de Valencia se les ha dedicado «poco o nulo interés» y ha derivado en su declive.

En este mismo barrio, un taxista comentaba a este medio que hace unos días a un compañero suyo, cuando dejó el taxi, le siguieron varios extranjeros sobre las doce de la noche y le robaron aproximadamente 500 euros.

Tener móvil nuevo, «una locura»

Tal como explica la presidenta comercial, el deterioro del barrio ha provocado que la mayoría de nuevos vecinos «se dediquen a traficar». «No hacen más que delinquir y trapichear. Solo piensan en ver a qué viejecita de turno le pegan el tirón», afirma Bou.

En este sentido, es la propia Bou quien señala la peligrosidad del barrio de Orriols: «¿Tener un móvil nuevo? Una locura en toda regla». Sobre ello, Bou llega a señalar que la conflictividad ha llegado a tal extremo, que hay ciertas zonas de las barriadas «en las que no entra ni la Policía». «No son favelas, pero esto hace un tiempo era impensable».

Vivienda de Valencia okupadaCarlos Latorre

Enfadada, Bou defiende la actuación de los distintos cuerpos de seguridad: «Tenemos patrullas, el helicóptero y agentes de paisano», pero, no obstante, también indica que eso no es suficiente: «Están haciendo todo lo que pueden y más, pero llegan hasta donde llegan».

Al respecto, la representante asociativa, que también es letrada, aboga por «reducir drásticamente los representantes públicos»: «Hay muchos legisladores que no hacen ni están sabiendo hacer nada mientras los pobres policías, aunque quisieran, no pueden actuar. Es una vergüenza que no les dejen actuar ante situaciones tan injustas como que te peguen una patada en la puerta, se metan en tu casa y no puedas hacer nada», concluye Bou.