Joan Ribó, alcalde de Valencia, en un Pleno del AyuntamientoEuropa Press

Valencia

El infierno fiscal de Ribó le supone 440 euros más al año a cada valenciano

El alcalde, de Compromís, se ha negado sistemáticamente a cualquier bajada de impuestos en IBI, plusvalía o a las tasas que afectan a los comercios

Al alcalde de Valencia, Joan Ribó, no hay quien le quite la sonrisa. Ni siquiera los problemas de salud que casi le obligan a apartarse de la primera línea política y nombrar a un sucesor –o sucesora– le supusieron una merma en ese buen carácter que ciertos medios de comunicación tanto ensalzan.

Sin embargo, por muchos carriles bici que inaugure –que son muchos– y por mucho que se intente rodear de afines como Yolanda Díaz, Ada Colau, Grande-Marlaska o el director del periódico que a todos los reunió en la plaza del Ayuntamiento, Ribó no puede tapar el descontento general, que cada vez es más latente.

Más allá del cabreo vecinal por las obras «sin sentido», según explica el presidente de una céntrica asociación de vecinos, el primer edil no puede eludir la presión fiscal creciente que están sufriendo sus conciudadanos.

En este sentido, la portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Valencia y candidata a la Alcaldía, María José Catalá, asegura que desde que el dirigente de Compromís está al frente del Consistorio cada valenciano «paga de media 440 euros de más».

Catalá achaca este aumento a que el equipo de Gobierno local, compuesto Compromís y PSPV-PSOE, ha subido «los impuestos y las tasas municipales en dos ocasiones».

Con estos datos, Catalá lamenta que Valencia esté liderando el índice de «ciudades con el IBI más alto de toda España», por lo que urge a Ribó a llevar a cabo una reforma fiscal.

Sin embargo, la portavoz popular no es optimista de cara a que el alcalde vaya a atender sus propuestas y critica que la ciudad vaya a ser la única «que no realice un plan de rebajas fiscales para el año 2023». En cambio, apunta que tanto Ribó como sus socios socialistas «seguirán haciendo caja».

Según apunta la popular, el Ayuntamiento dispone de «más de 227 millones de euros en los bancos», por lo que hay «margen más que suficiente para bajar impuestos y tasas municipales». De ser así, según Catalá, ello contribuiría a mitigar «la situación que viven las familias con una subida de precios desbocada» y le facilitaría «llegar a fin de mes».

«Nunca han pagado una nómina»

Por su parte, el líder de Ciudadanos en el Consistorio, Fernando Giner, destaca que, aunque su formación logró que el IBI se pudiera pagar hasta en tres plazos, el Gobierno de Ribó lo ha gestionado «muy mal». «Han hecho que el 20 de octubre se pague la tercera cuota, pero se junta con el pago del IVA y autónomos. Es increíble».

Para Giner, que conoce bien la empresa privada, esto es causa de que tanto Ribó como sus socios «no conocen a los autónomos» y no saben «lo que es pagar una nómina».

Por su parte, el concejal de Vox en el Ayuntamiento valenciano Vicente Montañez ahonda en esta idea y acusa al Ejecutivo de nacionalistas y socialistas de estar «rendidos para financiar la política de amiguetes de Ribó», al que acusan de haber «incrementado en ochenta millones» el presupuesto municipal.

Además, Montañez reprocha a Ribó y sus aliados que únicamente hayan ejecutado «el dieciséis por ciento» de lo previsto y que el resto lo haya dedicado a «seguir inyectando dinero a sus redes clientelares, chiringuitos ideológicos o de adoctrinamiento lingüístico y cultural».

A todo esto, cabe unirle que las arcas públicas dominadas por el nacionalista y sus aliados socialistas han recaudado muchos euros más de los previstos, no tanto por los efectos derivados de la inflación, sino porque Ribó emprendió una cruzada contra los coches particulares en el centro de la ciudad.

Esa medida, con un riguroso sistema de cámaras de seguridad para tranquilidad municipal, le ha supuesto al erario público solo en concepto de multas «cuatro millones de euros más que en 2021» o, lo que es lo mismo, un «75 % de incremento», según denuncian en el PP.

En cifras absolutas, el Ayuntamiento de Valencia ha ingresado en este concepto hasta septiembre un total de 9,4 millones de euros, mientras que en los primeros nueve meses de hace un año esa cantidad apenas superaba los cinco millones.

Sin embargo, a pesar del aporte extra en diferentes conceptos, el alcalde Ribó se niega sistemáticamente a aliviar la carga fiscal de las familias, vayan estas en coche o en bici.