Comunidad Valenciana El PP, cerca de conquistar las tres principales alcaldías valencianas
Las encuestas coinciden en que mantendría Alicante y estaría a un paso de recuperar Castellón y Valencia
El presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, sabe que sin unos buenos resultados electorales en la Comunidad Valenciana su camino al Palacio de la Moncloa se le tornará más que complicado. También es conocedor de que los comicios locales y autonómicos de mayo de 2023 son esenciales de cara a consolidar un buen granero de voto popular con vistas a las generales.
Si bien la presidencia valenciana es factible –unas encuestas dan empate técnico entre bloques y otras le otorgan ventaja al centro-derecha–, la dirección popular le da una excepcional importancia al ámbito municipal, con el objetivo de mantener los ayuntamientos en los que ya gobierna y, a la par, recuperar aquéllos que perdió entre 2015 y 2019.
Así, el PP ve posible llegar a conseguir el poder en las tres capitales de provincia valencianas, aspecto que, con algún que otro matiz entre ellas, no descartan las empresas de encuestas.
De este modo, la candidata popular a la alcaldía de Valencia, María José Catalá, podría desbancar al actual mandatario, Joan Ribó. Según fuentes demoscópicas consultadas, el PP recuperaría la primera plaza cuatro años después de cedérsela a Compromís y, de media entre varios sondeos, conseguiría entre doce y trece escaños frente a los ocho actuales. Su porcentaje de voto estaría en el entorno del 30 %.
La Corporación municipal valenciana está compuesta por 33 concejales, por lo que la mayoría absoluta se sitúa en los diecisiete. Esto obligaría a Catalá a buscar un acuerdo con Vox –fuera o dentro del Equipo de Gobierno–.
Podemos sigue fuera y Cs desaparece
El pacto sería únicamente con la formación de Abascal, ya que el grueso de las encuestas coincide en que Ciudadanos desaparecería de la política local en la capital. Por tanto, los cuatro o cinco escaños que lograría Vox serían claves para dejar atrás los ocho años de Ribó como alcalde y de dos ejecutivos de izquierdas.
De ser así, el bloque de izquierdas no tendría ninguna opción de sumar, Podemos se volvería a quedar fuera del Pleno y la única incógnita sería ver el grado de desafección vecinal hacia la gestión de Ribó –a pesar de que gobierna en coalición con el PSPV-PSOE– y, en tal caso, saber si los socialistas dan el sorpasso a los nacionalistas y vuelven a ser segunda fuerza en Valencia.
Si en la capital se trata de recuperar la alcaldía, en Alicante el objetivo es que Luis Barcala siga con el bastón de mando. A priori, esta es la plaza más 'segura' para el PP. El primer edil ascendió al poder en 2018 tras conseguir que prosperara una moción de censura. Un año después, los ciudadanos le revalidaron su confianza y fue el partido más votado.
De cara a mayo de 2023, todos los estudios demoscópicos aseguran que aumentará tanto el porcentaje de voto como el número de representantes, si bien es cierto que necesitaría el voto favorable o la abstención de Vox para alcanzar la mayoría absoluta y evitar un Ayuntamiento gestionado por socialistas y Compromís.
Ni Sánchez ni Puig van a dejar pasar la bala de Alicante, clave si los resultados en Valencia y Castellón son ajustados
Además, un triunfo popular supondría un fuerte espaldarazo al líder de la formación en la Comunidad, Carlos Mazón, alicantino, presidente de la Diputación Provincial y candidato a la Generalitat.
Barcala, a pesar del buen futuro que le augura la demoscopia, no lo tendrá nada fácil, ya que la candidata socialista es la exconsejera de Sanidad de la Generalitat Valenciana y actual portavoz en el parlamento autonómico, Ana Barceló.
Apuesta personal del presidente regional, Ximo Puig, para recomponer el partido después de un largo período de luchas intestinas, Barceló además contará con el respaldo en varios actos con ministros del Gobierno central con la intención de relanzar su candidatura.
El respaldo de Moncloa y la confianza de Puig no son casuales, ya que, históricamente, cuando los resultados en Valencia y Castellón son ajustados, es la provincia de Alicante la que determina la balanza. Y esa bala, ni el presidente valenciano ni Pedro Sánchez van a dejarla escapar.
En lo que respecta a Castellón, actualmente la alcaldesa es la socialista Amparo Marco, que ganó las elecciones municipales de 2019 con diez escaños. Tras cuatro años, las encuestas apuntan que revalidaría esa cifra de concejales. Sin embargo, en esta ocasión no le valdría para seguir al frente del Consistorio, ya que el Partido Popular de Begoña Carrasco pasaría de siete a diez representantes.
Este empate entre socialistas y populares beneficiaría a estos últimos, siempre y cuando puedan alcanzar un pacto, de nuevo, con Vox, que cuadruplicaría su único concejal en Castellón. De fructificar ese hipotético acuerdo, se instalarían en la mayoría absoluta –catorce escaños– y dejarían sin efecto gubernamental los trece que conseguiría el bloque de izquierdas.