La consejera Mireia Mollà durante la presentación de la campaña contra incendios forestales «Stop al foc».EFE

Comunidad Valenciana  La división en Compromís resquebraja el Gobierno valenciano: la consejera de Agricultura, destituida

Cae después de que exigiera a sus compañeros en público «más esfuerzo y compromiso» en la transición ecológica

Los líos internos en el Gobierno valenciano se siguen acumulando. El último –por ahora- ha sido la destitución de la consejera de Agricultura, Mireia Mollá. Este hecho cobra aún más relevancia porque quien ha precipitado esta decisión no ha sido el presidente, Ximo Puig, sino que lo ha hecho la vicepresidenta, Aitana Mas, tras reunirse con el socialista para trasladarle personalmente la drástica medida que ha llevado a cabo.

De este modo, el Ejecutivo regional se resquebraja de arriba abajo por el ala de Compromís, ya que tanto Mas como Mollá forman parte de la coalición nacionalista.

En un comunicado que ha hecho público la Generalitat Valenciana, Mas justifica su postura en que, tras cumplir «cien días en el cargo» –lo prometió en julio tras la dimisión de Mónica Oltra- cree conveniente y necesario realizar cambios «que apuesten por la unidad dentro del Consell».

En esta línea, la vicepresidenta también basa la destitución fulminante de molla en que se requiere «estabilidad y cohesión» dentro del Gabinete, más aún con las negociaciones para sacar adelante los Presupuestos ya a pleno rendimiento.

Críticas en público a los consejeros

La destitución de Mollá, así como el uso del término «unidad» no son casuales ni en las formas ni en los tiempos en que se produce. La ya exconsejera valenciana de Agricultura elevó la tensión en el seno del Gobierno autonómico hace unos días cuando acusó a todos los demás departamentos de no seguir sus pasos en materia de transición ecológica y les reclamó «más compromiso» para avanzar en esta dirección.

Asimismo, Mollá se erigió a sí misma como la «facilitadora» dentro de la estructura gubernamentale a la hora de que se hayan instalado un buen número de placas fotovoltaicas, por lo que exigió a los que han sido sus compañeros de bancada «los mismos esfuerzos» que ella «para logran un transición ecológica justa y sin impacto».

Estas afirmaciones no sentaron nada bien en los partidos que sostienen el Gobierno valenciano, en especial al PSPV-PSOE y al propio Compromís. Así, los socialistas de puertas para dentro reconocían que lo que dijo Mollá estaba «fuera de lugar» y lo tomaron como una «reprimenda» sin sentido.

Por su parte, tampoco gustó la actitud de la consejera destituida en sus propias filas, las de Compromís. De hecho, su portavoz en las Cortes Valencianas, Papi Robles, salió en defensa del Ejecutivo autonómico: «Confiamos en el trabajo de los compañeros del Gobierno», apuntó la nacionalista, a lo que añadió que todos ellos están «implicados en el proceso» y trabajando «con el máximo rigor».

En este sentido, ya que pertenecen a 'familias' distintas dentro de Compromís, Robles no quiso pasar la oportunidad de devolverle el golpe bajo a Mollá y le recriminó su exigencia de celeridad por aplicar ciertas políticas con un «milagros, a Lourdes».

El malestar, lejos de atenuarse, fue creciendo tanto que a Mas se le preguntó en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell sobre las afirmaciones de su compañera de Gobierno y partido. La respuesta de la 'número dos' del Ejecutivo valenciano no pudo ser más explícita: «Sobran los personalismos», por lo que se podría pensar que Mas ya tenía en mente la destitución.

Reacciones de la oposición

La salida de Mollá del Ejecutivo ha cogido a muchos con el pie cambiado. Sin embargo, las reacciones entre los grupos políticos no se han hecho esperar. De este modo, la portavoz de Vox en las Cortes Valencianas, Ana Vega, ha escrito el siguiente tuit: «Ahora, Mireia Mollá podrá bailar tranquilamente, sin responsabilidades», acompañado de un emoticono de una sevillana y un acara guiñando un ojo y sonriendo.

Según explican en el grupo parlamentario, esta referencia se debe a que a la exconsejera de Agricultura y Medio Ambiente le fotografiaron este pasado verano de fiesta en Elche mientras ardían los montes de la Comunidad Valenciana.

En cuanto al PP, su portavoz adjunto en la cámara valenciana, Miguel Barrachina, apunta que la destitución de Mollá «responde solo a la descomposición de un Gobierno supuestamente presidido por Ximo Puig»

Para el parlamentario popular, se ve que el presidente «no tuvo suficiente con hacer una gran crisis meses atrás» ni con «soportar la dimisión de la imputada, señora Oltra», sino que cada día «vice una pelea interna distinta por tantas y tantas cosas que requieren de un liderazgo que Puig no tiene».

Por su parte, el diputado autonómico de Ciudadanos Eduardo del Pozo ha asegurado también en Twitter: «No la destituyen porque la Comunidad Valenciana sea líder de España en abandono de cultivos. No la destituyen por los burros muertos en Castellón para luchar contra los incendios. La destituyen por luchas internas de Compromís. Así es el Botánic», que es como los socios del tripartito de izquierdas denominan al Gobierno.

Puig y Compromís guardan silencio

Si los tres grupos de la oposición han valorado la trascendencia política de la noticia, los partidos que sostienen al Ejecutivo regional y sus líderes guardan un escrupuloso silencio.

De este modo, la artífice de la decisión, Aitana Mas, no se ha pronunciado en ninguno de sus perfiles de redes sociales. Idéntica reacción la de su jefe de filas, el presidente Puig, que, por el momento, se ha abstenido de hacer cualquier comentario al respecto la destitución. Tampoco el vicepresidente segundo, Héctor Illueca -de Podem- ha dicho nada.

En cuanto a su partido, llama la atención que ningún alto cargo relevante en la formación nacionalista se haya pronunciado políticamente sobre Mollá, ni tan siquiera para un mensaje o tuit de apoyo a la que sigue siendo su compañera.

Así, dirigentes de la importancia de Joan Baldoví, Papi Robles, Vicent Marzá o el alcalde Valencia, Joan Ribó, mantienen sus perfiles sociales intactos y no han dirigido palabra alguna a la exconsejera.

Naturalmente, la destitución de Mollá tampoco ha sido objeto de valoración por quien la ha llevado a cabo, la propia vicepresidenta del Gobierno valenciano, Aitana Mas.

El Debate se ha intentado poner en contacto con Compromís para conocer su versión, pero ha sido imposible hablar con responsables de Comunicación de la coalición.

Algunas fuentes apuntan a que la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Mas y de buena parte del Ejecutivo valenciano ha sido que Mollá iniciase negociaciones en solitario con la Consejería de Hacienda con tal de que su departamento tuviera más y mayores partidas en los Presupuestos que ya se están elaborando. Esta actitud habría sido tomada por la vicepresidenta como un puenteo en toda regla al no respetar las comisiones negociadoras estipuladas.

Tras el cese de la dirigente de Compromís, su sustituta será la que hasta ahora ha sido la secretaria autonómica de Salud Pública, Isaura Navarro, también de Compromís.

Además de las críticas públicas a la labor del gabinete regional, durante su mandato, Mollá ha protagonizado no pocas polémicas al frente de su Consejería, como cuando envió cincuenta burros a Castellón con la intención de combatir los incendios y diez de ellos acabaron muriendo por desnutrición y el resto casi perece por los mismos motivos.