El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, junto al alcalde de Valencia, Joan RibóEFE

Comunidad Valenciana  Puig y Ribó aprueban presupuestos de récord pese a no haber ejecutado ni el 30 % de lo prometido

El presidente de la Comunidad Valenciana y el alcalde de la capital presumen de sus cuentas para 2023 pese a tener pendiente gran parte de lo previsto para 2021

La Ley de Presupuestos se suele decir que es la más importante y, si no se tiene mayoría absoluta, también la más difícil de sacar. Quizás por ello, alcaldes, presidentes autonómicos o el del Gobierno, así como sus respectivos compañeros de Hacienda, convierten las presentaciones de las cuentas públicas en una retahíla de anuncios de partidas e inversiones con la coletilla final de «millones de euros», como si de la pedrea del sorteo de la Lotería de Navidad se tratara.

Durante los trámites parlamentarios para sacarlos adelante, los Presupuestos se convierten en la principal baza de un gobernante, el instrumento perfecto para sacar pecho de cuánto se va a invertir en un lugar o sector determinados.

Al respecto, se suele decir que el papel todo lo soporta, por lo que también conviene analizar el desarrollo de todas esas partidas prometidas inicialmente.

En Valencia, tanto a nivel regional como en el Ayuntamiento de la capital, sendos gobiernos de izquierdas no van a tener ningún impedimento es aprobar los Presupuestos para 2023, calificados en ambos casos con las típicas expresiones campanudas como «los más sociales de la Historia», «se centran en las personas» o que van a «ayudar a la recuperación». En resumen, «de récord».

Sin embargo, estas manifestaciones contrastan con el nivel de ejecución presupuestaria que se está llevando a cabo en esas dos administraciones por parte del socialista Ximo Puig en la Generalitat y de Joan Ribó, de Compromís, en el Consistorio.

Acto de «ilusionismo»

En el ámbito autonómico, el portavoz de Hacienda del Partido Popular en las Cortes Valencianas, Rubén Ibáñez, señala que porcentaje de lo materializado respecto a lo inicialmente previsto es «del veinte por cien».

Ibáñez, además, desgrana algunas cifras de ejecución de determinados ámbitos a fecha 30 de septiembre. De este modo, el tripartito formado por PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem ha ejecutado el «14,14 % en Vivienda; el 38 % en Agricultura; en Hacienda el 29,5 %; en Política Territorial el 34,7 % y el 17,8 % en Transparencia y Participación».

A ello, el portavoz popular apunta que habría que añadir «1.335 millones de euros que Puig debe a los valencianos porque no está pagando las ayudas». Por esos bajos niveles, Ibáñez califica los Presupuestos regionales para 2023 como «un acto de ilusionismo».

Al respecto, la portavoz de Ciudadanos en el parlamento autonómico, Ruth Merino, cree que la causa de que la inversión esté «por debajo del treinta por cien» se debe a la «incapacidad» del Ejecutivo valenciano.

En este sentido, la diputada define de «lamentable» la gestión tripartito y pone algunos ejemplos de iniciativas como el plan Edificant, orientado a la construcción de infraestructuras educativas. Según Merino, de los 388 millones de euros que estaban presupuestados, «solo hay reconocidos 108 como ejecutados». «Es un desastre», incide Merino.

Por su parte, la portavoz adjunta de Vox en las Cortes Valencianas, María de los Llanos Massó, asegura que en todos los ejercicios, el tripartito ha basado sus Presupuestos en «ingresos ficticios que nunca de convierten en realidad».

En esta línea, señala que el «maná de los fondos europeos» no es sino «una quimera» y lamenta que la sucesivas cuentas públicas del Gobierno autonómico no se traduzcan «en una mejoría para los valencianos».

Por el contrario, Llanos Massó destaca que lo que sí aumenta «de manera exponencial» es la «deuda de los valencianos». Según los datos de la parlamentaria, actualmente esta es en la Comunidad de «54.260 millones de euros» o, lo que es lo mismo, 10.698 euros a pagar cada valenciano.

La situación en el Ayuntamiento de Valencia, gobernado por Compromís y el PSPV-PSOE, no difiere mucho de la regional. De hecho, la portavoz del PP en el Consistorio y candidata a la alcaldía, María José Catalá, denuncia que a dos meses para que acabe el año –con fecha 31 de octubre-, Ribó «tiene pendiente de ejecutar el 78 % de las inversiones previstas». Es decir, tan solo ha llevado a cabo el 22 % de lo presupuestado a finales de 2021.

Para la dirigente popular, estos datos demuestran que la gestión municipal de socialistas y nacionalistas es «un gran fracaso» y augura «un fin de ciclo». En cuanto a cifras concretas, Catalá indica que los Presupuestos contaban con una partida de 286 millones de euros «para barrios y pedanías», de los que únicamente se han materializado 63,2.

En contraposición, la concejala lamenta que mientras el Gobierno local deja de invertir, «la recaudación sigue creciendo». «Desde 2015, los valencianos pagamos 440 euros más en impuestos y tasas», afirma Catalá, que detalla que en los diez meses contabilizados de 2022 ya se han recaudado «6,6 millones de euros más que el año pasado».

Referente a Vox, su portavoz en el Consistorio, Pepe Gosálbez, establece una relación directa entre el nivel de trabajo de los gobernantes y los que estos invierten. En base a ello, «Ribó será recordado como el alcalde que menos trabaja» porque las inversiones «no llegan a los barrios» y los ciudadanos no ven «dónde está el dinero de los impuestos año tras año».

En este sentido, Gosálbez critica que el alcalde de Valencia lleve invertido «un pírrico y vergonzoso 22 %» en toda la ciudad, por lo que cree que a Ribó le «delata» su «pésimo nivel de trabajo».