El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, en una imagen de archivoGTRES

Comunidad Valenciana  Puig, acorralado por el caso Azud, vuelve a las Cortes a cuatro meses de las elecciones

El presidente valenciano retoma la
​actividad parlamentaria cuando las informaciones sobre una presunta financiación ilegal de su partido se acumulan

La actividad parlamentaria vuelve a las Cortes Valencianas. Lo hace un mes después de que del Palacio de los Borja salieran aprobados definitivamente los últimos presupuestos de la legislatura y a cuatro meses de las elecciones. Por tanto, a tan solo unas pocas semanas de que el parlamento autonómico sea disuelto a la espera de recibir, ya en junio, a los nuevos diputados.

Con la mirada fijada en el próximo 28 de mayo, los partidos afrontan este nuevo pero breve período de sesiones con el firme propósito de lograr apuntalar cada relato y, de paso, confrontar con los respectivos adversarios políticos.

Así, el presidente de la Comunidad, Ximo Puig, es el que más se juega, ya que las encuestan pronostican un empate técnico entre el actual tripartito de izquierdas y el bloque de centro-derecha, por lo que tiene serias opciones de perder el poder ocho años después.

Además, tampoco retoma la fiscalización a su Ejecutivo con viento de cola. Al menos, hay tres asuntos que los socialistas saben que marcarán la agenda en estas semanas hasta que se abran las urnas.

Pedro Sánchez resta

Uno es la asociación con Pedro Sánchez. Puig ha intentado últimamente distanciarse del presidente del Gobierno y marcar perfil propio. No obstante, es consciente de lo arduo de esa esa tarea y de que la oposición –incluso sus propios socios– van a explotar esa baza. La marca Pedro Sánchez resta y es un punto débil para el PSPV-PSOE.

Este extremo se ejemplifica con la reciente aprobación del recorte en el trasvase Tajo-Segura. La decisión se ha tomado en el Consejo de Ministros y tiene a los agricultores de la provincia de Alicante indignados. A eso, habría que sumarle la vuelta a la pasividad de Puig con el Ejecutivo central.

El tema del agua en campaña –y precampaña– electoral no va a beneficiar en absoluto a un presidente de la Generalitat que ha visto cómo su rival, el popular y alicantino Carlos Mazón, le ha tomado la delantera al respecto y le saca una distancia difícilmente recuperable.

Pero, sin duda, la cuestión que más puede comprometer el futuro de Puig es el caso Azud, en el que se investiga una supuesta financiación ilegal de los socialistas valencianos.

Este asunto puede complicarle, y mucho, al presidente regional en el plano político, pero también en el ámbito judicial si la investigación, que sigue avanzando, encontrara alguna clase de evidencia que le involucrara.

De hecho, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil intervino anotaciones a nombre de «X. Puig» en la agenda del extesorero del PSPV-PSOE José María Cataluña. Este cuaderno representa la prueba principal a raíz de la que arranca toda la investigación.

Más allá de lo que pudiera pasar en el corto o medio plazo, lo inevitable e indudable es que los socialistas valencianos se lanzarán a pedir el voto ante innumerables noticias e informes, como las que viene publicando en exclusiva El Debate, que apuntan a que, presuntamente, se pudieron haber producido irregularidades en la contabilidad del partido.

Aunque desde la formación tratan de desvincular a su líder de cualquier atisbo de corrupción e intentan sacar a la palestra antiguos procedimientos que afectan al Partido Popular, fue su propio exgerente quien reconoció ante el juez la financiación ilegal.

De este modo, Francisco Martínez Rico declaró que parte del gasto de las campañas de las elecciones locales de 2007 y las generales de 2008 fue abonado mediante una supuesta red de empresas afines.

Lotes del contrato de la obra en Valencia.El Debate

Asimismo, también está siendo objeto de investigación la adjudicación de un tramo de las obras del trasvase Júcar-Vinalopó por la empresa pública Acuamed. Esta es dependiente del Ministerio de Medio Ambiente que, entonces, dirigía la socialista y actual presidenta nacional del PSOE, Cristina Narbona.

Cabe recordar que el PSPV-PSOE en particular y la izquierda valenciana en general se valieron de los casos de corrupción relacionados con el PP para hacer bandera de la lucha contra las prácticas ilegales y a favor de la transparencia.

Por tanto, esa posible disonancia puede pasarle factura a un Puig a quien, estando en el alambre como se encuentra, cualquier circunstancia puede suponerle un golpe demoledor para sus aspiraciones electorales.

Respecto a lo que van a deparar las nuevas sesiones en las Cortes Valencianas, la portavoz del PP en el hemiciclo y candidata a la alcaldía de la capital levantina, María José Catalá, asegura que a PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem «se les está haciendo muy complicado» el «tramo final» de la legislatura.

Como muestra de ello, la popular destaca que «cada vez son menos» los consejeros del tripartito que acuden a las sesiones de control porque «no les gusta» que se pregunte sobre «los temas que realmente preocupan en la calle a los ciudadanos».

En esta línea, quizás porque desde el Ejecutivo autonómico saben el desgaste que le puede suponer a Puig y los suyos, Catalá subraya que solo están convocados el pleno de esta semana y los del «mes de febrero»: «No sabemos lo que va a pasar en marzo. La transparencia no ha sido la característica de esta legislatura», lamenta.

Por su parte, la portavoz de Vox en el parlamento valenciano, Ana Vega, subraya que el caso Azud «va a ser una constante durante este período de sesiones y la campaña».

Como se ha apuntado, la diputada incide en que en la libreta del extesorero de los socialistas valencianos «había indicaciones que apuntan directamente al presidente de la Generalitat».

Por tanto, Vega indica que su formación va a «denunciar el sectarismo y la corrupción de la izquierda». Esto abarca, según la dirigente de Vox, desde «la presunta financiación ilegal del PSPV-PSOE» hasta «las ingentes cantidades de dinero en forma de subvenciones que reciben los chiringuitos de la izquierda», sin olvidar «todas las leyes sectarias» que el tripartito «quiere aprobar a toda prisa».

Aunque la trama Azud va a ser tema capital, Vega afirma que en su partido no dejarán de «alzar la voz» en asuntos de relevancia como «la libertad de los padres a educar a sus hijos, la inseguridad» o la defensa del «trasvase Tajo-Segura».

Por todo ello, a Ximo Puig se le avecinan unas sesiones de control y unos plenos en las Cortes Valencianas más que tensos y complicados pero que, en todo caso, serán un aperitivo según se acerque el 28 de mayo.