Comunidad Valenciana Baldoví se aferra a Yolanda Díaz y piensa en recurrir a Mónica Oltra para remontar en las encuestas
El estancamiento de Compromís en los sondeos y una posible reforma de la ley electoral por parte de Puig obligan al candidato a dar un golpe de efecto en la campaña
Compromís tiene una papeleta difícil de solventar en las elecciones autonómicas del 28 de mayo por diversos motivos.
Uno de ellos es que esta cita será la primera a la que acuda sin el liderazgo y la batuta de su otrora líder, Mónica Oltra. Tras dimitir al ser imputada por, supuestamente, haber encubierto los abusos sexuales de su marido a una niña tutelada cuya custodia tenía encomendada, la exvicepresidenta también abandonó cualquier tipo de visibilidad política.
Asimismo, las encuestas, entre ellas la realizada por Target Point para El Debate, apuntan un probable cambio de ciclo en la política valenciana, en el que el Partido Popular recuperaría la presidencia de la Generalitat ocho años después.
En este escenario, lejos de rentabilizar la acción de gobierno, Compromís sufriría un estancamiento y obtendría entre dieciséis y dieciocho escaños frente a los diecisiete actuales.
Si se cumpliera esta previsión, el panorama para la coalición nacionalista sería del todo desolador. No solo perdería la cuota de poder autonómico de la que aún hoy goza, sino que su candidato, Joan Baldoví, pasaría a tener un papel secundario en las futuras Cortes Valencianas.
Dicho con otras palabras, Compromís saldría del Ejecutivo y su rostro más visible pasaría de ser diputado en el Congreso a ser el segundo portavoz de la oposición en el hemiciclo regional tras el socialista.
Todo esto, claro está, si Baldoví renunciase a su acta en San Jerónimo y no terminase recogiendo su credencial en las Cortes, ya que aún está por determinar cuáles son las intenciones del dirigente nacionalista.
De terminar haciéndolo, Compromís tendría en Madrid a un parlamentario con infinitamente menos peso político, trayectoria y reconocimiento mediático que Baldoví.
Por si no fueran pocos los problemas a los que tiene que hacer frente la coalición, sobrevuela la intención del presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, de reformar a última hora la ley electoral para rebajar del 5 al 3% el porcentaje mínimo de votos para lograr representación parlamentaria.
Con este movimiento, el socialista busca garantizarse que Unides Podem entre en el hemiciclo y que parte de sus actuales ocho escaños no vayan a parar a las bancadas del PP y Vox, lo que supondría servir prácticamente en bandeja la presidencia de la Generalitat al popular Carlos Mazón.
Posibles fugas a Unides Podem
La hipotética modificación de la ley electoral tiene en vilo a Compromís por un doble aspecto. El primero es que la entrada de los comunistas conllevaría una merma en los diputados que los nacionalistas aspiran a conseguir y, en caso de reeditarse el tripartito, quedarían en una posición más débil respecto al PSPV-PSOE que la actual.
Igualmente, si se terminase por confirmar la reforma legal haría que algunos candidatos que hoy día están en Compromís y que figurarán en lugares discretos de las listas el 28 de mayo se piensen dar el salto a la papeleta de Unides Podem al tener opciones de estar en puestos de salida y garantizarse el escaño o un cargo durante la próxima legislatura.
Consciente de toda esta colección de contratiempos, Baldoví está obligado a dar un golpe de efecto que sirva para movilizar a esa parte de su electorado que esta hastía y pensando en la abstención en noventa días.
Así, el diputado ha lanzado un órdago a dos figuras políticas vinculadas a la izquierda. Una de ellas es la vicepresidenta Segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La relación entre ambos es inmejorable por coincidencia ideológica, algo que se ha visto reforzado en el Congreso, donde escenifican su buena sintonía en cada sesión que se celebra.
De hecho, Baldoví, al igual que el alcalde Valencia, Joan Ribó, a menudo se ha mostrado partidario de llegar a acuerdos con aquello que se ha venido a llamar «el espacio político que representa Yolanda Díaz».
Sobre ella ha dicho que le encantaría «compartir escenario» con la ministra «si se deja» porque es «una de las políticas mejor valoradas por la ciudadanía» al haber recuperado «los derechos de los trabajadores».
Respecto a lo que Díaz puede aportar a su candidatura autonómica, Baldoví ha insistido en que su presencia tendría efectos positivos porque «toda piedra hace pared».
La segunda persona a la que el responsable nacionalista está sopesando recurrir es a Mónica Oltra, que en 2019 se presentó al mismo puesto que Baldoví en 2023.
De la exvicepresidenta regional, aunque se encuentra al margen de cuestiones orgánicas para centrarse en su defensa, el diputado ha asegurado que «ayer, hoy y siempre será un orgullo contar con la compañera Mónica Oltra y compartir campaña con ella».
En esta línea ha resaltado su «figura» a la hora de lograr que Compromís «esté donde está», aunque ha señalado que respetará la decisión que Oltra termine adoptando.
Por tanto, la situación de la coalición es límite. De no poder conformar otro gobierno de izquierdas le esperaría un profundo periodo de división e inestabilidad internas, sin una cara reconocida en Madrid y fuera de toda responsabilidad ejecutiva en Valencia.