Yolanda Díaz, con el alcalde de Valencia, Joan Ribó, en la capital levantinaBIEL ALIÑO/EFE

Comunidad Valenciana  Compromís apoya sin fisuras a Yolanda Díaz mientras Podemos evidencia su fractura interna

Dirigentes nacionalistas como Baldoví o Ribó han escenificado su respaldo a Sumar, una cohesión que no se está dando entre los 'morados'

Uno de los aspectos más destacados que dejaron las dos sesiones en las que se debatió la moción de censura de Vox al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue el rol que adoptó la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Tras uno de los 'mítines' del jefe del Ejecutivo, el socialista cedió calculadamente un turno de réplica a la gallega, que lo aprovechó para dar el pistoletazo de salida a su proyecto a nivel nacional, la plataforma Sumar, en la sede de la soberanía nacional.

El objetivo era doble. Por un lado, Sánchez pretendió ensalzar a Díaz como el referente del espacio político a la izquierda del PSOE. Por el otro, como consecuencia, arrinconar a Unidas Podemos –cuya personificación son Ione Belarra e Irene Montero– y supeditarlo a las directrices de la vicepresidenta segunda.

Ese meditado conflicto en el seno del Consejo de Ministros trasciende los muros del palacio de la Moncloa y está provocando que lo que no hace muchos años vino a llamarse 'confluencias' de Podemos tengan que elegir entre ambas vertientes de cara a este año electoral.

Cabe destacar que las rencillas entre los comunistas ya se pudieron ver en los comicios de Andalucía en el mes de junio, pero se está precipitando en las comunidades autónomas que están llamadas al voto el 28 de mayo.

Gran relación Díaz-Baldoví

Una de ellas es la Comunidad Valenciana, donde el perfil de votante de la formación morada convive con el de la coalición Compromís. En este caso, los nacionalistas han cerrado filas con Díaz y han escenificado su firme respaldo a Sumar.

Uno de los que más tiempo comparten con la titular de Trabajo es el líder de facto de los valencianos, Joan Baldoví, ya que coinciden casi cada semana en el Congreso de los Diputados. De hecho, antes de que el candidato a la presidencia de la Generalitat pronunciase en el hemiciclo una acalorada intervención contra Ramón Tamames, se saludaron afectuosamente junto al escaño de Díaz, algo que es casi una rutina en San Jerónimo.

En esta línea, el parlamentario declaró semanas atrás que si la impulsora de Sumar así lo quiere, está invitada a participar en los actos de Compromís durante las elecciones autonómicas.

Otra muestra de la adhesión nacionalista a la plataforma de la vicepresidenta segunda es la fluida relación del diputado con líderes de otros partidos que también ya han dejado claro su apoyo a esta nueva iniciativa política. Uno es Íñigo Errejón, de Más País, que también acudió a las Fallas de Valencia y renovaron el llamado Acuerdo del Turia, que abarca a formaciones de ese arco ideológico.

Por su parte, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, es una de las personalidades de Compromís que mayor entusiasmo demuestra y de los que más empeño están mostrando para una unión de toda la izquierda y evitar así la situación de Andalucía antes descrita.

Con motivo de la moción de censura, el regidor expresó en su perfil de Twitter su «orgullo» hacia la ministra. En su opinión, durante el discurso puso «en valor a todas las personas que han luchado y defienden la democracia».

Asimismo, en cada visita que Díaz ha hecho a la capital levantina, ha aprovechado para reunirse con el primer edil y demostrar ante las cámaras que están más que compenetrados y en la misma senda políticamente hablando.

Sin embargo, la unidad de criterio exhibida por Compromís contrasta con cómo están viviendo este proceso en las filas de Unides Podem.

La filial morada en la Comunidad está inmersa en una profunda fractura interna entre los que apoyan a Sumar y los partidarios de seguir con el espíritu del partido fundado por Pablo Iglesias y, por tanto, optan por Belarra y Montero como caras más visibles.

El vicepresidente segundo valenciano, Héctor Illueca, recibe a Ione Belarra en Fallas.GVA

Entre los primeros se encuentra la consejera valenciana de Transparencia, Rosa Pérez Garijo, cuyo posicionamiento deja poco lugar a la interpretación. No solo ha confirmado su asistencia al acto de presentación del 2 de abril en Madrid donde Díaz presumiblemente oficializará su candidatura a la presidencia del Gobierno en las elecciones generales.

Fue mucho más allá y definió su intervención en el Congreso como un «discurso histórico» con el que se sintió «totalmente representada».

En la otra opción, el representante más conocido es el vicepresidente segundo del Ejecutivo valenciano, Héctor Illueca. Su predilección hacia los postulados ‘podemitas’ también es evidente.

El 13 de este mismo mes, actuó como anfitrión de Belarra, con quien se reunió en Valencia de modo institucional para, más tarde, acompañarle a ver la mascletà del día desde el balcón del Ayuntamiento.

Igualmente, Illueca ha seguido a pies juntillas la línea marcada por su lideresa orgánica y en base a ello ha defendido y también reproducido los insultos que la ministra de Asuntos Sociales profirió recientemente contra el presidente de Mercadona, Juan Roig. Concretamente, le llamó «capitalista despiadado» y le acusó de «llenarse los bolsillos» ante el sufrimiento de la gente.

La candidata a la alcaldía de Valencia por Unides Podem, Pilar Lima, en cambio, ha optado por mantener la incógnita, afirmando que «cuando llegue el momento, se sabrá» si algún miembro de la coalición comunista acudirá al evento en la capital de España.

En conclusión, entre los dos partidos que hay en la región a la izquierda del Partido Socialista existen tres visiones distintas. El 28 de mayo se acerca, pero hay una fecha previa marcada en rojo. Se trata del día límite para la presentación de las candidaturas el 24 de abril, ya a menos de un mes vista.