Imagen general de las Cortes Valencianas.

Imagen general de las Cortes ValencianasBIEL ALIÑO/EFE

Comunidad Valenciana  Los partidos minoritarios se postulan como fundamentales para llegar a pactos tras el 28-M

Compromís y Podemos recuerdan la dependencia socialista de ellos, mientras Vox resalta que es el «único socio posible» del PP

La décima legislatura de las Cortes Valencianas ya es historia. Aunque se disolverán el próximo martes, el pleno de este jueves ha sido el último que se celebrará con la actual composición. A partir de junio, los 99 diputados elegidos tendrán en su mano el futuro político de la región.

En la sesión han sido numerosos los gestos de emoción, despedida y agradecimiento. Todos los portavoces que en un punto o en otro han tomado la palabra han querido hacer mención a este hecho. Indiferentemente, diputados de PSPV-PSOE, Compromís, Unidas Podemos, Partido Popular, Ciudadanos y Vox han aportado ese toque de solemnidad.

También lo ha hecho el presidente de la Cámara, Enric Morera, quien ha agradecido «la dedicación y el trabajo» a los representantes de los valencianos tras realizar una tarea de cuatro años de la que da «fe» que es «muy intensa y muy desagradecida a veces».

Pero no toda la sesión ha tenido ese tono de no agresión. Con las elecciones a tan solo dos meses, cada formación ha querido colocar su mensaje de cara a fortalecer su relato. Especialmente, lo han hecho los partidos minoritarios, que han aprovechado el último pleno para hacerse valer y postularse como piezas claves tras el 28 de mayo.

«Milagritos a Lourdes»

Así, el secretario de Organización de los socialistas, José Muñoz, ha asegurado que su partido tiene «muy buenas perspectivas» en los comicios autonómicos, por lo que cree que el presidente valenciano, Ximo Puig, conseguirá un apoyo «masivo y mayoritario».

Con este supuesto respaldo, el PSPV-PSOE aspiraría a gobernar «con la máxima libertad posible». Esta afirmación Compromís se la ha tomado como si sus socios a partir de junio pretendiesen estar en el poder en solitario y sin necesidad de coaligarse con nadie, bien con mayoría absoluta o siguiendo el modelo actual de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid.

Por eso, la portavoz nacionalista en el hemiciclo regional, Papi Robles, ha definido a los suyos como «fundamentales» y le ha respondido a Muñoz irónicamente con la frase «milagritos a Lourdes». Bajo ese retintín y la emoción de ser la última sesión parlamentaria subyace una fuerte pugna electoral por varios nichos de voto en los que ambos partidos pretenden conquistar.

Muestra de ello es que el propio Muñoz ha respondido a Robles: «No soy de milagros, soy de ciencia. Por tanto, algo hay. No estoy pidiendo un acto de fe, solo digo lo que sé, solo puedo decir que tenemos muy buenas perspectivas y confiamos en que habrá un amplio apoyo a Ximo Puig», ha subrayado.

La tercera pata del Ejecutivo regional es Unidas Podemos. Los ‘morados’ se juegan su presencia en las Cortes Valencianas en unas elecciones a las que acuden en el alambre demoscópico. Si la coalición comunista no alcanza el 5 % de los votos, no obtendrá representación parlamentaria. Doble consecuencia: se consuma el desastre 'podemita' y presidencia en bandeja para el popular Carlos Mazón.

Aún así, su portavoz, Pilar Lima, ha defendido su hueco en el seno del tripartito de izquierdas, aludiendo a la dependencia existente entre ellos: «Los tres socios nos necesitamos», ha afirmado, previendo que las mayorías absolutas «no van a volver nunca más».

Ahora bien, poniendo negro sobre blanco la primacía ideológica que Unidas Podemos destila, Lima no ha hablado de que ese pacto traiga prosperidad a los valencianos, sino que ha recordado que su partido nació «para evitar que las derechas gobernaran».

El tripartito valenciano se juega su reedición el 28 de mayo.

El tripartito valenciano se juega su reedición el 28 de mayo.ROBER SOLSONA/EP

En cuanto a la derecha, el Partido Popular, a diferencia de lo que sucedió en 2019 o lo que le pasa a Puig hoy día, no tiene que lidiar con dos adversarios directos en su campo ideológico, sino solo con uno, que es Vox.

Se da por hecho que Ciudadanos, al igual que en la Asamblea de Madrid o en el Parlamento de Andalucía, pasará de tener un nutrido grupo de diputados a quedarse fuera de él. El grueso de las encuestas sitúa la candidatura de Mamen Peris en la horquilla entre el dos y el 3 % de los sufragios, muy lejos del mínimo requerido para obtener escaños.

El portavoz adjunto del PP, Miguel Barrachina, cree que se avecina un «fin de ciclo» debido a la «descomposición y las contradicciones» del Gobierno de Puig, a quien le atribuye una «falta de liderazgo» que ha causado «un daño enorme» a los valencianos.

En esta línea, ha sido Vox el que se ha referido a posibles futuras alianzas. En palabras de su portavoz en las Cortes, Ana Vega, ha avisado de que su formación no va a dar «un cheque en blanco al PP, evidentemente», para que construir un gabinete.

En el caso de que este último aspecto se pudiera llevar a cabo, la diputada sí ha confirmado que su formación va a «tender la mano» a los populares para que haya un «muy buen cambio» que se asemeje al Gobierno de Castilla y León, donde se digan «las cosas muy claras».

De ser así, Vega se ha comprometido a que en Vox Mazón encontrará «un socio fiel» ya que el PP es su «único socio posible a la hora de conformar gobiernos».

Por tanto, las Cortes se disuelven y, como ya no hay que negociar para votar nada hasta dentro de unos meses, los partidos no tienen reparos en mostrar sus cartas. Al menos, algunas de ellas.

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