El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, presentando un nuevo hospital a pocas semanas de las eleccionesGVA

Elecciones 28M  Ximo Puig se acuerda de construir hospitales a menos de dos meses de las elecciones

Desesperado por las encuestas, el presidente valenciano se lanza a prometer que levantará centros por toda la Comunidad tras ocho años sin hacerlo

Por más que pudiera parecer extraño o erróneo, el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, está pecando en la precampaña electoral de un conservadurismo atípico en él. En esta ocasión, esa actitud no se refiere a política fiscal o similares, sino a la Sanidad pública, tan manida por el tripartito de izquierdas.

Las semanas previas a unos comicios, los políticos suelen apuntarse a esa dudosamente efectiva política de ‘barra libre’ en la que acumulan propuestas sin orden ni concierto, como el que mete en una caja los adornos del árbol de Navidad tras las fiestas.

Pero al socialista no le van nada bien las encuestas. Quizá por eso haya decido dejar a un lado ámbitos que durante años había mencionado y que parecían en jerga yolandista «cosas chulísimas» como la robótica, los microchips o la inteligencia artificial para centrarse en los mensajes que tradicionalmente han supuesto remontar en los sondeos.

El rey de todos ellos es, evidentemente, el de construir hospitales. A ese comodín se agarra Puig como Sánchez a Franco convencido de que le servirá para seguir amarrando la presidencia autonómica. Es un clásico que siempre ha servido. Pero quizás en 2023 la historia sea bien distinta.

La primera pista la tiene en casa. El estudio encargado por el Gobierno regional arroja que el 29,4 % de los valencianos considera que la Sanidad es el principal problema para ellos. Ese porcentaje se eleva si la pregunta es cuáles creen que son los principales problemas de la Comunidad. En este caso, el 36,2 % opina que la Sanidad es el segundo mayor problema, solo superado por el empleo (36,6 %) y muy lejos del coste de la vida, con un 19,8 %.

Ningún hospital en 8 años

La «realidad» sobre el balance de gestión de Puig la explica el diputado del Partido Popular José Juan Zaplana, que indica que el socialista ha hecho «cero construcciones de hospitales en ocho años».

Si acaso a modo de salvedad, el parlamentario menciona el caso del hospital de la localidad valenciana de Onteniente, donde la semana pasada hubo un acto para poner en marcha las Consultas Externas. Pero, eso sí, la cosa tiene truco, ya que al disolverse las Cortes el próximo martes, la Ley Electoral habría impedido haber hecho cualquier tipo de acto que interfiriese en la campaña. Por tanto, propaganda ante todo.

Zaplana también repasa los tres hospitales que Puig se había comprometido a remodelar. Uno de ellos es el de la Vega Baja, en Alicante. Antes de la DANA que afectó a la provincia en octubre de 2020, el tripartito ya se había comprometido a una ampliación que a día de hoy «no se ha empezado».

Situación parecida vive el centro de Villa Joyosa, también en Alicante. Allí el proyecto está licitado salvo un detalle: «no se han tramitado las licencias»…en un municipio gobernado por el PSOE. El pan como unas tortas.

En cuanto al Clínico, es la obra que más avanza. Ahora bien, lo hace a su ritmo. Concretamente al que marca el consejero de Sanidad, Miguel Mínguez. Como en el típico juego infantil, cada vez que se acerca a hacerse la foto la obra marcha, pero una vez que se aleja, vuelve a parar. Y así sucesivamente.

Todo lo anterior es en cuanto a ampliaciones, pero la construcción no se queda atrás. Según declara Zaplana, Puig pretende construir un Hospital General en Castellón. Más allá de la situación límite que vive el de Valencia, merece la pena ir a la letra pequeña de tamaña promesa electoral.

En realidad, resulta que los 250 millones de euros que prevé que costará la obra no están presupuestados en las cuentas públicas de la Generalitat. Así lo indica Zaplana, dato que El Debate ha podido corroborar. Entre cero y nada.

Por si fuera poco, el popular indica que la maqueta en la que se presentó el proyecto es «la misma que la del hospital La Fe, pero con tres módulos en vez de cinco y girados». En otras palabras, que Puig ha jugado a los hospitales como el que lo hace con el cubo de Rubik.

Asimismo, en caso de que se construyera, los castellonenses podrían decir aquello de «largo me lo fías». Según las previsiones de la Consejería de Sanidad, el hospital se terminaría de levantar en diez años, a lo que hay que añadir que todavía a día de hoy carece de suelo asignado. Eso sí, prometido está.

Profesionales del sector sanitario se concentrar frente a la Consejería en Valencia.CSIF

A promesa por hospital y a hospital por promesa, con el Arnau de Vilanova de Paterna (Valencia), los síntomas son los mismos. Como el papel todo lo soporta, el compromiso está. Lo que falta es el suelo, que Zaplana resalta que pertenece a «un empresario» que estará «encantado» porque le vayan a comprar el terreno con prisas. Por tanto, misma hoja de ruta: sin terreno, sin dinero, sin presupuesto…y, aunque parezca broma, con la misma maqueta.

La «huída hacia delante» en la que Puig cada minuto está más sumido tiene una clara evidencia. Esta es el plan Crecer+ elaborado por Sanidad. Rastreándolo, no se encuentra palabra alguna ni partida presupuestaria sobre lo prometido por Puig, lo que deja a las claras que más que como presidente de todos los valencianos, esta actuando como el defensor que despeja a córner a ver si achica el peligro.

Zaplana declara que en el Crecer+ se establecieron nada más y nada menos que «400 millones de euros» para instalaciones sanitarias, una «barbaridad» que únicamente obedece, a tenor de lo visto, a un «plan marketiniano».

Para el diputado, la «prioridad» de la gente no radica en tener «nuevos centros», sino que la sociedad prioriza «la atención primaria, la falta de especialistas o las listas de espera».

Este extremo también es compartido por los profesionales, tanto celadores, como enfermeras y médicos. Reniegan de nuevos hospitales pero urgen a que Puig ponga «refuerzos» ante el «colapso».

En definitiva, Zaplana pone en valor lo que hará el PP en caso de llevar al gobierno, que es «planificar», aspecto ajeno a la gestión del tripartito de izquierdas y que está dejando la Sanidad en unos niveles de colapso inéditos por la mezcla de «chapuza» de la anterior consejera y la política de «tapar agujeros del actual. En fin, todo «caótico», opina Zaplana.

Por su parte, el diputado de Vox en las Cortes Valencianas David García tampoco aprueba la gestión sanitaria de Ximo Puig y sus socios. Denuncia que el socialista, junto a nacionalistas y comunistas, han ido han tenido «dejadez» a la hora de planificar «las infraestructuras necesarias» para la región.

Se apoya García en que el presidente autonómico ha sido «incapaz de poner una sola cama hospitalaria», mientras que se ha centrado en «reversiones ideológicas».

El resultado es «un panorama de colapso de todas y cada una de salud de la Comunidad Valenciana». Para el parlamentario, el problema es «de planificación y de proyecto», frente al marco mental que quiere el tripartito de «ideología o de sanidad pública o privada».

El verdadero problema para García es que en ocho años Puig no ha sabido ni podido dar repuesta «a los problemas reales y a las necesidades urgentes de la Sanidad valenciana».