Comunidad Valenciana Los cálculos de Sánchez y Compromís con el puerto de Valencia bloquean inversiones millonarias en la ciudad
Los nacionalistas votaron en contra de la ampliación del recinto esperando una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que el Gobierno central pospone durante años
La situación del puerto de Valencia es uno de los temas de los que más se está hablando en la campaña electoral del 28 de mayo. Es un asunto que si no se resuelve en el corto plazo corre serio riesgo de que le ocurra como al modelo de financiación autonómica, que está enquistado y sin perspectiva cercana de solucionarse.
Esta comparativa no es una exageración, ya que en el reparto de los fondos entre regiones existe un consenso entre los partidos valencianos para la modificación, mientras en la ampliación del puerto Compromís se posiciona en contra, a Ximo Puig y Sandra Gómez ni están ni se les espera y el Gobierno central está dejando pasar el tema como si no fuera de interés.
El bloqueo a la extensión del recinto se debe por igual a una cuestión ideológica y a un cálculo electoral. De lo primero se encargan los nacionalistas valencianos de la mano del alcalde levantino, Joan Ribó, y del candidato a la Generalitat, Joan Baldoví. Como viene siendo habitual en este tipo de materias, arguyen una supuesta razón medioambiental, la cual no son capaces de argumentar técnicamente.
De hecho, Ribó llegó a votar en contra de la ampliación del puerto porque, según argumentó, hace falta una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que sustituya a la ya existente y que no pone reparo alguno para comenzar las obras.
El encargado de hacer dicho informe es el Ministerio para la Transición Ecológica. Sin embargo, no parece que para Teresa Ribera este sea un asunto de demasiado interés, puesto que tiene la posibilidad de resolverlo pero sigue durmiendo en el cajón desde hace años. Este es el momento en que entran en juego las siglas de Partido Socialista Obrero Español.
Ribó renuncia a la Copa América
Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no le gusta meterse en asuntos espinosos, más aún cuando estos pueden afectarle a su raquítico equilibrio parlamentario, tan sólido siempre como frágil según se acercan citas electorales. De este modo, encargó a Ribera que hiciera lo mismo que él y le pasara la responsabilidad de realizar la DIA a la Autoridad Portuaria de Valencia. Este hecho fue recurrido ante la Justicia y estimado, con lo que le toca al Ministerio su elaboración.
Lo que sucede es que el PSOE está obligado a pactar con Compromís tanto en Valencia si las sumas diesen para ellos en el Ejecutivo regional y en decenas de municipios como Valencia como en Madrid, donde los nacionalistas hacen valer su voto sabedores de las necesidades sanchistas.
Solo así se entiende que Teresa Ribera siga sin abordar la ampliación de una infraestructura en la que ya hay comprometida una inversión de mil millones de euros por parte de la empresa que la explotará y otros quinientos públicos. Tanto Puig como Sánchez parece que priorizan las alianzas electorales a la creación de miles de puestos de trabajo y un aumento considerable del Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad.
Pero este no es el único agravio que la izquierda está acometiendo en el puerto. Fue el propio Joan Ribó el que descartó que la Copa América de vela, conocida como la Fórmula 1 del mar, volviese a Valencia tras las ediciones celebradas en 2007 y 2010.
Este acontecimiento deportivo supuso un antes y un después no solo para el recinto marítimo, sino para toda la ciudad a nivel económico, reputacional y de infraestructuras y equipamientos. Con todo, tanto el Partido Popular como Vox critican la gestión de esta infraestructura llevada a cabo por el binomio PSPV-PSOE y Compromís, que aspira a seguir gobernando en Valencia y a sumar a Unidas Podemos en la Generalitat.
En cuanto al PP, su candidata a la alcaldía de la capital, María José Catalá, hace una apuesta decidida por desbloquear las obras y destaca su «preocupación» porque de la actitud de la izquierda está derivando en que empresas se estén «marchando» por la «saturación del Puerto de Valencia».
La puesta en marcha de la nueva terminal la popular la considera «necesaria» para que la ciudad levantina «no pierda el liderazgo» frente a otras capitales como Barcelona. Una vez el proyecto tenga vía libre, Catalá cifra en 5.500 puestos de trabajo que será los que se crearán, que se multiplicarán hasta los «44.000 cuando esté a pleno rendimiento».
En su opinión, «Valencia necesita a alguien que la defienda» frente al sectarismo porque «el progreso y la sostenibilidad son compatibles». Igualmente, la candidata se compromete a enmendar la política de Ribó y «trabajar para que la próxima edición de la Copa América se celebre en Valencia».
Según señala, han sido los «prejuicios ideológicos» los que lo han impedido frente al «importante beneficio económico» que supone para la ciudad anfitriona de la competición. Tanto en la ampliación del puerto como en la fallida celebración de la Copa América, Catalá responsabiliza directamente al Ayuntamiento, a la Generalitat y Pedro Sánchez por ignorar a Valencia y fomentar todo ello para Barcelona:
«Quedan claras cuáles son las preferencias del Presidente socialista. Tenemos al Gobierno, a la Generalitat y al Ayuntamiento trabajando para Colau y Cataluña. Esto acabará en mayo con un gobierno del Partido Popular».
Por su parte, el portavoz de Vox en el Consistorio valenciano, Pepe Gosálbez, cree que en referencia al puerto «Compromís no ha engañado a nadie» y tiene «absolutamente claro» que si de la coalición dependiera, «lo dinamitaría».
A su juicio, Ribó tiene «su hoja de ruta absolutamente clara», que no es otra que «cargarse Valencia»: «Dejó ir la Copa América porque decía que costaba 200 millones de euros teniendo ya infraestructuras hechas y sin embargo ha costado setenta por todo por hacer», indica el edil.
Continúa Gosálbez subrayando que le preguntó en el Pleno al regidor «de dónde salían esos doscientos millones» y todavía están «esperando»: «Ribó y Gómez no contestaron porque cualquier cosa les vale con hacer daño a Valencia, recalca y zanja: «Con ellos Valencia y nuestro puerto van a menos y Barcelona el suyo van a más. Eso resume ocho años de desgobierno socialcomunista».