Elecciones 28-M La izquierda valenciana obvia las reivindicaciones de la Comunidad y prioriza el 'no' al PP
Tanto el PSPV-PSOE como Compromís rechazan la propuesta de Mazón de llegar a acuerdos en asuntos claves como el trasvase Tajo-Segura o la reforma del modelo de financiación autonómica
Las nuevas Cortes Valencianas se constituirán en el pleno del próximo 26 de junio. En esa fecha se verán las primeras alianzas entre los partidos con representación parlamentaria, ya que tendrán que acordar la configuración de la Mesa del parlamento regional y el nombre de quién la preside.
La persona que termine siendo elegida, además de ser la segunda autoridad de la Comunidad, tendrá que reunirse con los líderes de las formaciones y designar a uno de ellos para formar gobierno. Previsiblemente, encomendará esa labor al popular Carlos Mazón, que en las elecciones del 28 de mayo fue el candidato más votado, obteniendo cuarenta escaños.
Mientras tanto, el dirigente del PP está inmerso en una ronda de contactos que él mismo ha propiciado para testar las posiciones de los partidos ante una más que probable investidura. A la espera del encuentro de hoy mismo con la delegación de Vox, Mazón ya se ha reunido con representantes tanto del PSPV-PSOE como de Compromís.
El primer contacto fue con los socialistas. A él no acudió el presidente de la Generalitat en funciones, Ximo Puig. Por contra, acudieron dos consejeros, Arcadi España y Rebeca Torrró, y la dirigente María José Salvador, quienes le comunicaron al popular que el sentido de su voto en la investidura de Mazón será negativo.
Puntos en común
El mismo resultado obtuvo Mazón de la cita con Compromís, en la que sí se sentó el que fue candidato nacionalista a la presidencia autonómica, Joan Baldoví, que dejó claro que entre ambos ideológicamente hay un abismo, por lo que sus quince diputados votarán en contra de hacerle jefe del Ejecutivo.
Ambas negativas no resultan sorprendentes, ya que sobre la mesa en ningún momento ha estado que Puig o Baldoví puedan facilitar la investidura de Mazón en forma de una abstención técnica. Sin embargo, sí es llamativo que ese 'no' al PP esté por encima de todo, incluida la defensa conjunta de las reivindicaciones –algunas históricas y otras más actuales– de la Comunidad Valenciana.
En las dos reuniones, los delegados populares, es decir, el propio Mazón, su jefe de campaña, Miguel Barrachina, y el vicesecretario de Organización del PP regional, Juan Francisco Pérez Llorca, han detallado los puntos en común entre los tres partidos, de cara a poder llegar a acuerdos para tener una única voz a la hora de luchar y defender aspectos claves. Aún así, las dos formaciones de izquierdas con representación en las Cortes Valencianas no se han adherido a esa propuesta.
Uno de los asuntos en los que Mazón buscaba hacer frente común es el del agua, con tal de «reivindicar los recursos hídricos necesarios vinculados al trasvase Tajo-Segura». Tras la consumación por parte del Gobierno central del recorte a esta infraestructura, tanto PP como PSPV-PSOE y Compromís expresaron públicamente su rechazo a la decisión tomada por Pedro Sánchez e incluso acudieron a una manifestación en Madrid.
Aún así, ese consenso no ha servido para que socialistas y nacionalistas levanten el veto a pactar con los populares, independientemente del tema que sea objeto de discusión. De hecho, la obcecación de Compromís es tal que en abril votó en contra de reformar la ley del 'solo sí es sí' por el simple hecho de que la modificación fue pactada entre PSOE y PP.
Otro de los ámbitos en los que Mazón aspiraba a aunar fuerzas es el de la financiación autonómica, un tema pendiente año tras año y que sigue sin resolverse. Hace tan solo dos meses, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, obvió esta cuestión ante una pregunta en el Congreso de Baldoví. En la agenda de Pedro Sánchez abordar este problema nunca ha supuesto una prioridad para su Gabinete y ni siquiera lo nombran cuando se menciona explícitamente. Así, todo hace pensar que seguirá invariable si consiguiera revalidar la presidencia del Gobierno tras las elecciones generales del 23 de julio.
Sea bajo mandato del socialista o de Alberto Núñez Feijóo, Mazón quería ofrecer al próximo Ejecutivo una imagen de unidad institucional que transmitiera fortaleza para que los responsables se pusieran manos a la obra para aprobar un reparto de los fondos autonómicos más justo y que la Comunidad Valenciana deje de ser la más infrafinanciada de España. En cambio, no será así por el rechazo del PSPV-PSOE y Compromís, con lo que la Generalitat tendrá que emprender ese camino en solitario.
En las reuniones con ambos se han tratado otros aspectos como mejorar las partidas presupuestarias para la salud mental, la «recuperación efectiva del Derecho Civil Valenciano», aumentar los recursos públicos en Educación o reclamar mayor inversión y agilidad para que finalicen las obras del Corredor Mediterráneo. Todos estos y otros muchos más son puntos en común que, con mayor o menor intensidad, la izquierda ha exigido y reivindicado pero que ahora, como se cruzan las siglas del Partido Popular, se sienten impedidos política y moralmente a suscribirlos ante la opinión pública, más aún con unas elecciones generales a cuarenta días vista.
El propio Baldoví ya señaló en diversas ocasiones durante la campaña que trabajaría para que la derecha no gobernase y está poniendo todo su empeño en ello. Por lo que respecta a Puig, aunque su relación con Sánchez es del todo inexistente, ha asumido como propia esa filosofía compuesta por tres palabras y que el presidente del Gobierno repitió a Mariano Rajoy una y otra vez en su momento: «No es no». Tanto es «no» que ni apareció en la reunión con el que será su sucesor en cuestión de semanas.