Los Presupuestos de la Generalitat Valenciana aumentan un 4,55 %, hasta los 29.732 millones de euros

El Pleno del Consell de la Generalitat ha aprobado este lunes el Proyecto de Ley de Presupuestos para 2024, las primeras cuentas públicas elaboradas bajo la presidencia de Carlos Mazón tras ocho años del tripartito de Ximo Puig. Estas presentan un aumento del 4,55 % en su montante o, lo que es lo mismo, un récord de 29. 732 millones de euros.

Esta cifra supone 1.294 millones más respecto al año pasado, según ha explicado la consejera de Hacienda, Ruth Merino, en la rueda de prensa de presentación de los Presupuestos: «Hemos conseguido hacer más con menos», ha ensalzado.

El Ejecutivo del Partido Popular y Vox, que lleva al frente de la Generalitat desde mediados del mes de julio, inicia de este modo la tramitación de las cuentas. A partir de este momento, el mes de noviembre se ocupará prácticamente en la celebración de las distintas comisiones parlamentarias en las Cortes Valencianas, donde se debatirán las correspondientes partidas. De ahí se pasará al Pleno, donde se aprobarán definitivamente.

La luz verde a los Presupuestos no corre el mínimo riesgo, ya que la coalición gubernamental cuenta en el Parlamento regional con 53 escaños, tres por encima de la mayoría absoluta. «Los aprobaremos en tiempo y forma», señalaba en la celebración del 9 de Octubre un alto cargo 'popular' a El Debate detallando que tras las citadas comisiones habrá de tiempo hasta la última sesión del año, prevista para «el 20 de diciembre».

Instantes antes de que Merino presentase las cuentas públicas para 2024, ha hecho lo propio con la presidenta de las Cortes Valencianas, Llanos Massó, y los cuatro partidos políticos con representación en el Hemiciclo. En el acto institucional, la consejera ha destacado el trabajo «duro» que ha llevado a cabo su departamento, aunque a la par ha subrayado que el resulto ha sido «muy bueno».

La pasada semana, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, advertía de que los Presupuestos iban a ser «muy duros» como consecuencia de que Puig había legado «la peor herencia de la historia», haciendo hincapié en que el déficit y la deuda pública habían alcanzado niveles nunca vistos hasta la fecha. Igualmente, quiso dejar claro que los servicios públicos no iban a sufrir recortes y se iban a «reforzar», poniendo el acento en que las reducciones se iban a centrar a la hora de eliminar «grasa política» en la Administración autonómica.