La fachada del piso que ardió en Valencia cumplía con la normativa
«Es una solución constructiva ideal», sostiene un arquitecto preguntado al respecto
Las causas sobre el incendio de las dos torres de la avenida Maestro Rodrigo en Valencia siguen siendo motivo de actualidad. Así, los arquitectos defienden el modelo de fachada ventilada, como la que presentaba el edificio incendiado de Valencia, al ser «ideal» para proteger de las temperaturas y la humedad, y advierten de que el problema sería utilizar derivados del petróleo como aislante exterior pese a su «muy alta» carga de fuego.
Eso sí, de confirmarse, el empleo de polímeros como poliuretano o el polietileno, no habría vulnerado la normativa existente en 2008, cuando se terminó la promoción de viviendas de Campanar, al haber quedado cubiertos de paneles de aluminio, según han explicado a EFE especialistas en edificación, que piden un marco más exigente.
En España, el Código Técnico de la Edificación, también conocido como CTE, agrupa las normativas que regulan la construcción de edificios en territorio nacional, de modo que en él se establecen los requisitos básicos de seguridad y habitabilidad que define la Ley de Ordenación de la Edificación.
«Va a traer cola»
Aprobado por real decreto en 2006, desde entonces, el CTE ha sido modificado en varias ocasiones para adaptarse a la disciplina comunitaria en materia, por ejemplo, como la eficiencia energética, por lo que los técnicos lo consideran clave en la mejora del aislamiento y del consumo del parque de viviendas español. Respecto al edificio incendiado, el arquitecto Juan José García Aranda, del estudio tresunouno (311 Studio), analiza para EFE el diseño de su fachada, que deja una cámara ventilada entre el revestimiento y el aislamiento para eliminar los puentes térmicos y los problemas de condensación.
«Es una solución constructiva ideal», subraya García Aranda, que pone el foco en el posible tipo de aislamiento utilizado; en este sentido, plásticos o derivados del petróleo serían recomendables sólo en recintos cerrados, en cámaras entre el muro interior y la fachada. El problema «es cuando se llevan al exterior y sin protección, porque tienen una carga de fuego muy alta», dice este arquitecto, que, como solución, apuesta por las lanas minerales, como la de roca o la fibra de vidrio, por las que ya se decantó la vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia, Esther Puchades, en la víspera en una entrevista en la Cadena SER.
Como él, la propia Puchades insistía en que la fachada ventilada en sí no sólo no presenta ningún inconveniente, sino que es «bastante eficaz» en impermeabilización e insonorización. Con todo, el edificio habría cumplido con una normativa «muy permisiva en un punto que no debería serlo», reitera el socio fundador de 311 Studio, que añade que «prácticamente todos los PAU nuevos, como Valdebebas (Madrid)», tienen viviendas con aislamiento exterior en poliuretano, de menor coste.
En el imaginario colectivo aparece otro incendio, el desatado en la londinense Torre Grenfell, que en 2017 provocó 80 muertes, y que generó modificaciones en la legislación del Reino Unido para regular materiales y la construcción de edificios altos. Tras el suceso de este jueves en Valencia, los arquitectos consultados creen que la regulación «va a traer cola», e instan a que se refuerce un código de edificación que, no obstante, «ha mejorado mucho la calidad de las construcciones», admite García Aranda.
Queda por ver qué sucederá con los edificios que, como los que la inmobiliaria Fbex levantó en El Campanar, presentan ese tipo de fachada, y es que lo ideal sería revertirla, cambiar el polímero en cuestión por un material más estable, y volver a colocar la estructura ventilada, relataba la vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia. Pero hacerlo conlleva un elevado coste para las comunidades de propietarios, coinciden los especialistas, que dicen que habrá que esperar a ver quién paga la obra y si se concede algún tipo de subvención a estas actuaciones.
A falta de saber qué y cómo originó el incendio, la Asociación de Instaladores de Aislamiento (Aisla) ha emitido este viernes un comunicado en el que muestra su «más profunda consternación por las víctimas» y agradece su labor a los profesionales que están «trabajando sin descanso en esta tragedia». En él, Aisla rechaza «los ataques que se han realizado en las últimas horas» hacia este producto, y apunta que, a tenor de sus informaciones, el bloque no contaba con aislamiento de poliuretano en la cámara de la fachada ventilada, siendo «falsas» las acusaciones que lo culpaban de ser «agente propagador del fuego».
En su vídeo promocional, la promotora presentaba su complejo de viviendas como dos edificios vanguardistas y singulares con fachadas revestidas con un innovador material de aluminio, «tipo 'Alucobond'». Sin embargo, la mención a Alucobond, marca registrada vinculada a 3A Composites, era sólo una forma de referirse de manera genérica a los paneles composite de aluminio, puesto que los empleados en el edificio fueron fabricados por otra compañía.