Desfile de Gaiatas, en Castellón, en una imagen de archivoEFE / Domenech

Castellón  ¿Qué es el Desfile de las Gaiatas que el Gobierno valenciano acaba de declarar Bien de Interés Cultural?

Este pasacalles tradicional de la capital de la Plana que simboliza un hecho histórico gana en visibilidad y reconocimiento

El Gobierno valenciano ha aprobado este martes el decreto por el que se declara el Desfile de las Gaiatas, que se realiza en Castellón de la Plana durante la Fiestas de la Magdalena, como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de bien inmaterial.

Al respecto, el vicepresidente segundo de la Generalitat y consejero de Cultura, Vicente Barrera, artífice del reconocimiento, ha asegurado que «esta declaración BIC trae una comunicación al exterior y una visibilidad» que antes no tenía.

«Hoy es un día histórico para nuestra ciudad» y el anuncio del BIC «un orgullo, una alegría, una satisfacción y un honor», ha expresado por su parte la alcaldesa, Begoña Carrasco, frente a la gaiata de la ciudad, ganadora del 2023. También ha indicado que «es justo, merecido y que era necesario, puesto que lo tenían también las Fallas y Hogueras y en Castellón no queremos ser más que nadie, pero menos tampoco».

A su vez, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha felicitado al pueblo de Castellón «porque se lo merece, porque se lo ha ganado». «Ahora, pasamos a ese nuevo nivel, donde solo los declarados como Bien de Interés Cultural tienen una nueva capacidad de promoción y de difusión», ha agregado el dirigente 'popular'.

Y es que, más allá del significado simbólico y del arraigo cultural de las fiestas, éstas también generan un impacto económico considerable en la ciudad. El Ayuntamiento castellonense apunta a que el valor de este impacto asciende a 15 millones de euros, lo que se traduce en un impulso significativo para la economía local. Asimismo, la ocupación hotelera durante las fiestas supera el 90 %, lo que demuestra la capacidad de atracción turística que poseen.

El simbolismo de las 'gaiatas'

Pero, ¿qué son exactamente las gaiatas? Castellón de la Plana forja su identidad como pueblo a través de la legendaria mudanza de sus antiguos pobladores desde el cerro de la Magdalena a la llanura en 1251. Una noche memorable donde los fundadores de la ciudad, guiados por farolillos y apoyados en cañas verdes, caminaron hacia su nuevo destino, llevando a los niños con cuerdas para evitar que se perdieran en las aguas de los marjales.

Este hito histórico cobra vida en las fiestas de la Magdalena con la Romería de las Cañas y el Desfile de las Gaiatas. El tercer domingo de Cuaresma, las 19 comisiones participantes en la fiesta exhiben sus monumentos iluminados (gaiatas), que simbolizan los cayados, cañas y faroles que alumbraron el camino de los primeros castellonenses desde la Ermita de la Magdalena hasta la llanura, donde se estableció la ciudad.

Una de las Gaiatas iluminada de CasatellónCastellón Turismo

El Desfile de las Gaiatas no solo rememora el origen del pueblo, sino que también representan su mito fundacional, otorgándoles a estos bastones un valor simbólico invaluable como elemento de cohesión y pertenencia a la comunidad castellonense.

Un proceso lleno de dificultades

El gaiatero Agustín Mon ha jugado un papel fundamental en la iniciativa para que el Desfile de Gaiatas obtuviera la distinción de BIC. Su determinación y esfuerzo han sido claves para iniciar los trámites y superar los obstáculos que se encontraron en el camino. Es importante destacar que el proceso no estuvo exento de dificultades. En 2022, la Consejería de Cultura, entonces bajo el Gobierno del Botánico, inicialmente denegó la solicitud de BIC al considerar que el Desfile de Gaiatas no podía ser clasificado como un BIC inmaterial debido a su naturaleza material como «objeto».

Sin embargo, gracias a la perseverancia de Mon y el apoyo de otros actores relevantes, como el Ayuntamiento de Castellón, la Generalitat Valenciana, aun con Ximo Puig de presidente, finalmente reconsideró su postura. En 2023, el Desfile de Gaiatas fue reconocido como BIC inmaterial, un logro que celebra la riqueza cultural y la tradición de esta festividad tan especial para la ciudad de Castellón y que ahora se materializa tras la aprobación del decreto.