Un agricultor recoge naranjas en su huertaAVA-Asaja

Los agricultores valencianos piden que se investigue la «brusca» caída del precio de los cítricos

Voces del sector echan toda la culpa a un factor externo como son las importaciones de Turquía, Sudáfrica y Marruecos

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) pide a la Administración autonómica y nacional que lleven a cabo una investigación a fondo para esclarecer las causas de la brusca caída de los precios en origen de los cítricos. Según la Lonja de Cítricos de Valencia, las cotizaciones de las naranjas han llegado a desplomarse hasta un 30 % en el último mes, pasando en el caso de la variedad Navel Lane Late de 0,36 a 0,25 euros por kilo (€/kg).

En variedades más tardías, la Valencia Late ha arrancado sus operaciones con 0,21 €/kg, una cifra que también se sitúa por debajo de los costes de producción. Respecto a las mandarinas, las variedades que mayor descenso de valor han sufrido a pie de campo son la Orri (-22 %) y la Ortanique (-17 %).

La organización agraria exige una intensa campaña de inspecciones de oficio a los principales operadores comerciales y cadenas de distribución «para descartar prácticas anticompetitivas, e incluso un posible contubernio, ya que, con los datos oficiales disponibles de la Comisión Europea, ningún factor técnico por sí solo puede explicar de manera decisiva este desplome tan acusado de los precios que perciben los productores».

Asimismo, insta a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA), dependiente del Ministerio de Agricultura, que investigue, y en su caso sancione, cualquier contrato de compraventa de cítricos cuyo precio esté por debajo de los costes medios de producción.

Los primeros coletazos de la crisis citrícola ocurrieron en enero, cuando algunas variedades de mandarinas como la Clemenvilla o la Hernandina tuvieron graves problemas de comercialización e, incluso, hubo muchos campos que se quedaron sin recolectar por falta de demanda.

La organización presidida por Cristóbal Aguado insiste en un acuerdo global de la interprofesional Intercitrus que incluya, entre otros asuntos como la promoción, medidas contundentes para acabar cuanto antes con el problema de la pinyolà que ocasiona una pérdida de consumidores, especialmente entre los más jóvenes.

Importaciones de países terceros

Buena parte de las naranjas, que venían recibiendo precios razonables, desde febrero también han caído por debajo del umbral de rentabilidad. Voces del sector, sobre todo del comercio privado y el cooperativismo, echan toda la culpa a un factor externo como son las importaciones foráneas. De acuerdo a datos de la Comisión Europea facilitados por Ailimpo, las importaciones de naranjas a la UE procedentes de países terceros desde octubre hasta febrero fueron 263.437 toneladas, un 5 % menos que en el mismo periodo del año anterior. Las exportaciones de naranjas de España a la UE ascendieron a 580.337 toneladas, lo que mantiene la cuota de mercado en torno al 70 % en una campaña con merma de cosecha a causa de adversidades climáticas.

Con todo, AVA-ASAJA reitera su «indignación ante la estrategia comercial de la UE que fomenta la competencia desleal de países terceros, a costa de sacrificar a sus productores, y destaca el enorme potencial de crecimiento de Egipto», el cual ha superado por primera vez a Sudáfrica en envíos de naranjas durante este tramo de la temporada con 115.022 toneladas, lo que supone un incremento del 56 % respecto al ejercicio precedente.

En este sentido, la organización agraria reclama a Bruselas que revise el acuerdo comercial que la UE tiene suscrito con Egipto, así como con otros países como Sudáfrica, Turquía y Marruecos, con el objeto de «evaluar el impacto presente y futuro sobre el sector citrícola europeo, teniendo en cuenta el incremento de superficie que han plantado en los últimos años, y evitar la entrada de nuevas plagas y enfermedades a Europa».

AVA-ASAJA advierte de que «las movilizaciones continuarán mientras las políticas agrarias y medioambientales impulsadas por todas las administraciones nos resten competitividad y nos echen de nuestros campos y granjas».