La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y el segundo teniente de Alcaldía, Juanma BadenasRober Solsona / Europa Press

PP y Vox niegan que su coalición peligre en el Ayuntamiento de Valencia tras su rifirrafe en el Pleno

Los concejales de Vox abandonaron el hemiciclo municipal después de que la alcaldesa le cediera la palabra al portavoz del Consistorio en lugar de a ellos

Las alianzas entre distintas formaciones políticas manifiestan de vez en cuando diferentes puntos de vista en diversas materias, pero el rifirrafe producido entre Partido Popular y Vox en el pleno del Ayuntamiento de Valencia este miércoles no es algo tan habitual de ver. Los concejales del partido liderado a nivel nacional por Santiago Abascal abandonaron el hemiciclo este miércoles, después de que la alcaldesa, María José Catalá, no les diera la palabra en un asunto que entendían que era de su competencia.

La escenificación de la desavenencia fue prolongada. Hasta 20 minutos tuvo que paralizarse la sesión hasta que los ediles encabezados por el segundo teniente de alcalde, Juanma Badenas, regresaron a la cámara. No era la primera vez que ambos partidos chocaban en público, pero esta sí ha sido la más explícita, más por las formas que por el fondo, y ha dejado la pelota botando para que la oposición haga sangre y hable de «crisis de Gobierno».

Más allá de lo adecuado del término, la realidad es que el encontronazo ha hecho saltar las alarmas sobre la posibilidad de que desemboque en una ruptura de la coalición o, al menos, en una reestructuración de las competencias asignadas a cada partido. Sin embargo, este jueves, tanto PP como Vox han negado la mayor y han lanzado un mensaje de tranquilidad a sus electores y al conjunto de la ciudadanía: ni el Ejecutivo está roto ni existe el peligro de que lo vaya a estar.

El primero en calmar las aguas fue Badenas, quien, en una entrevista en À Punt, este jueves, apuntaba a que no había «ninguna tensión» en el seno del Gobierno municipal. «Los valencianos tienen que estar muy tranquilos, y la izquierda también tiene que estar muy tranquila, de que en el Ayuntamiento de Valencia no se va a aprobar nada que sea ideológicamente de izquierdas, ni por parte de los partidos de la izquierda, ni por parte de ningún otro partido».

Eso sí, el edil de Parques y Jardines y Empleo mantenía que él era quien debía de haber respondido a la interpelación sobre Valencia Activa planteada por el PSPV y no «otro concejal que no tiene competencias en materia de empleo», en referencia al portavoz del Consistorio, el 'popular' Juan Carlos Caballero, que fue quien finalmente contestó.

El pacto «no está en peligro»

Ha sido el propio Caballero el encargado de aseverar poco después que el pacto de gobierno entre PP y Vox está «sano» y «fuerte». «No está en peligro», ha afirmado rotundo cuando se le ha preguntado en rueda de prensa. Según el dirigente del PP, en la Corporación valenciana tienen «muy claro qué es lo importante para este ayuntamiento»: «Servir a los valencianos, hacer políticas para los valencianos y volver a hacer de Valencia una ciudad abierta, dinámica, emprendedora, con potencial».

La sensación, sin embargo, es que lo acontecido el miércoles no ha sido un episodio más de las tensiones que de vez en cuando exteriorizan ambas fuerzas. «En el Pleno celebrado ayer asistimos a un espectáculo, algo insólito en el Ayuntamiento Valencia que nunca se había producido. Asistimos en directo a una crisis del gobierno de coalición PP y Vox de la señora Catalá», se maliciaba la portavoz adjunta de Compromís, Glòria Tello, quien invitaba a la primera edil a «elegir entre gobernar en minoría con fuerzas democráticas o ceder al chantaje de la ultraderecha».

Los desacuerdos entre los dos partidos de la derecha en la ciudad del Turia se han puesto de manifiesto en numerosas ocasiones en los últimos meses, aunque cada vez son más frecuentes. Esta misma semana, las polémicas las protagonizaban el empleo femenino o el renombramiento del callejero. Pero no hay que remontarse mucho tiempo atrás para recordar otras como, por ejemplo, la falta de apoyo de los 'populares' a la propuesta de Vox de construir fuentes en el antiguo cauce del río para evitar asentamientos de sintecho, entre otros.