Carlos Mazón y Óscar Puente, en Valencia, en una imagen de archivoRober Solsona / Europa Press

De «bipolar» a «niño malcriado»: el Gobierno de Sánchez eleva el tono ante un Mazón que no entra al barro

El presidente valenciano continúa con su hoja de ruta de reforma fiscal y reivindicación de agua y reforma de la financiación autonómica pese a que Óscar Puente y otros cargos le insultan directamemente

El ministro de Transportes, Óscar Puente, confesó días atrás que ha encomendado a empleados de su Ministerio que recojan todo lo que digan de él. No supo decir si se refería a cometarios únicamente malos o también complacientes, con tal de hacerle un reporte diario de dicha actividad. Lo dijo el mismo que fue alcalde de Valladolid destacando por no ser un moderado lingüístico y que tuvo que ser, a última hora, cogido por Pedro Sánchez, para hacer la réplica a Alberto Núñez Feijóo.

«Desde el 26 de septiembre, desde entonces le he encargado un trabajo a mi equipo: que me cojan todas las columnas de opinión en las que se me insulta con todo tipo de insultos, físicos la mayoría. ¡Qué le voy a hacer! A Pedro Sánchez se le insulta por guapo y a mí por feo», señalaba el titular de Transportes en una reciente entrevista.

Lo llamativo es que Puente hiciera alusión a insultos y a alusiones personales, ya que pocos días antes fue él mismo quien calificó al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, como una persona «bipolar». Esa alusión no se debió a que el mandatario regional, siguiendo la línea del titular de Transportes, le hubiese aludido personalmente. Todo lo contrario. Fue porque al jefe del Consell se le 'ocurrió' reivindicar las ampliaciones de los aeropuertos de Alicante-Elche y la de Manises, en Valencia.

Las reivindicaciones, intactas

Para el pucelano, por lo visto, el hecho de haber desembarcado en la capital del Turia en el mes de diciembre para anunciar el desbloqueo de la ampliación de la parte norte del puerto de Valencia que, por otra parte, su jefe de filas durante años y años mantuvo en un cajón, le da patente para que el máximo mandatario regional no pueda reclamarle nada. O al menos, sin insulto previo o un tuit correspondiente.

Pero Puente, que ejerce su papel de 'poli malo', no ha sido la única autoridad que ha insultado a Mazón en los últimos días. También desde el Gobierno nacional, pero en este caso desde la Comunidad, ha sido la delegada del Ejecutivo en la región, Pilar Bernabé, la que le ha llamado «niño malcriado». Al igual que con Puente, la retórica que practica Moncloa y sus tentáculos deja entrever que su estrategia contra Mazón es tan práctica como un ciego describiendo los colores.

Y es que el presidente valenciano en ningún momento está entrando al barro dialéctico, tampoco parlamentario, que los socialistas están proponiendo. Lejos de bajarse al relato del insulto, Mazón continúa con su hoja de ruta, alejado de polémicas artificiales. De hecho, este mismo jueves anunció una nueva batería de incentivos y deducciones fiscales, una política de reducción de impuestos que desde la izquierda, tanto el PSPV-PSOE como Compromís, siempre se le ha echado en cara: «Este niño malcriado va a defender las infraestructuras aeroportuarias que merece la Comunidad Valenciana mucho más tiempo, así que se vayan preparando», ha avisado Mazón, en relación a las palabras de Bernabé.

Por tanto, y siempre a tenor de los hechos y de las declaraciones, el Gobierno de Pedro Sánchez está tirando piedras contra el Consell, a sabiendas de que está conformado por PP y Vox, como uno de sus últimos rescoldos para seguir manteniendo el relato que le mantiene en el Palacio de La Moncloa. En cambio, el presidente de la Generalitat Valenciana, a diferencia del de Cataluña, mantiene su apuesta de rebaja fiscal, por la reforma de la financiación autonómica y por un reparto justo del agua.