Valencia  ¿Cuál es el origen de los milagros de San Vicente Ferrer?

Este lunes, la ciudad de Valencia y no pocos municipios a lo largo y ancho de la Comunidad celebran la fiesta de San Vicente Ferrer, que tiene lugar el lunes siguiente al Lunes de Pascua, independientemente de cuándo caiga la Semana Santa. Durante varios días, agrupaciones, llamadas altares, rinden honor al patrón de Valencia con varias decoraciones y representaciones de la vida del santo.

Entre ellas, la más icónica es la de narrar los milagros que San Vicente Ferrer realizó durante su vida. Esta tradición congrega a miles de ciudadanos, pero, ¿cuál fue el origen de esta historia? El primer altar surgió en el año 1461 en la céntrica calle del Mar de la capital levantina.

Según diversos documentos, el primer milagro lo habría hecho en 1359, cuando tan solo tenía nueve años. En esa fecha, el hijo del especiero Miguel Garrigues, que era vecino del padre de Vicente, fue curado de unas apostemas malignas que tenía en el cuello. Con esa sobrenatural obra en su haber, el valenciano falleció en 1419, siendo canonizado en 1455.

Seis años después, ya en 1461, el hijo del curado milagrosamente quiso rendir homenaje al santo, por lo que levantó un altar en su honor sobre la puerta de su casa presidida por una imagen del patrón de Valencia a la que le acompañaba una inscripción en la que se relataba el milagro con tal de que el conjunto de los vecinos tuviera conocimiento de tal acontecimiento. Poco a poco, al altar se le fueron añadiendo adornos y objetos, tales como flores, telas preciosas, luces e, incluso, otras figuras de la vida del religioso valenciano.

En esta línea, otros ciudadanos también quisieron homenajear a San Vicente Ferrer, así que implementaron la idea que en su día tuvo Juan Garrigues. De este modo, se fueron levantando altares en otras calles de la capital, extendiéndose y haciéndose tan populares que todavía a día de hoy hay una competición para ver cuál es el mejor de Valencia.