Morant, Aragonès y Sánchez, en una imagen de archivoKike Rincón / Europa Press

Comunidad Valenciana

Las elecciones catalanas frustran el plan de Morant y el PSPV por su sumisión a Sánchez

Los comicios del 12-M y las exigencias de Aragonès y Puigdemont han truncado la estrategia de la ministra para quitarse la etiqueta de candidata de Ferraz y posicionarse como líder de la oposición frente a Mazón

La convocatoria de elecciones al Parlament de Cataluña para el próximo 12 de mayo cogió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a contrapié, dado que tanto él como los gerifaltes del Palacio de la Moncloa tenían en mente una hoja de ruta en la que conjugaban los comicios en el País Vasco (21 de abril), la aprobación definitiva de la ley de amnistía y la vuelta a las urnas, esta vez a nivel europeo, el 9 de junio.

Sin embargo, la incapacidad de la líder de Sumar e integrante del Consejo de Ministros, Yolanda Díaz, para controlar a los 'comunes' derivó en el rechazo a los Presupuestos catalanes para 2024 y, por ende, la disolución de la Cámara autonómica y el anuncio de nuevas votaciones. Este hecho produjo que los planes de Sánchez saltaran por los aires, devolviendo la actualidad mediática a Cataluña, con las consecuencias que tiene que las noticias las copen las exigencias de financiación autonómica «singular» y un referéndum de autodeterminación por parte de Pere Aragonès y Carles Puigdemont ante un presidente del Gobierno silente.

En términos de la Comunidad Valenciana, a la recién elegida secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant, tampoco le ha venido nada bien que en un mes los catalanes decidan quiénes son sus próximos representantes en el Parlament. Y es que la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades también contaba con su propia estrategia con vistas a 2027, año en que le disputará la Generalitat al 'popular' Carlos Mazón. Esta se fundamentaba en, progresivamente, ir dándose a conocer al conjunto de los ciudadanos, al mismo tiempo que pretendía quitarse la etiqueta de candidata impuesta por Ferraz.

Confrontación con Mazón

Todo ello tenía como meta erigirse de cara a la opinión pública como la líder de la oposición al Consell, a pesar de que su residencia habitual está en Madrid. Aún con todo, la distancia, en las primeras semanas de Morant como líder de la federación socialista valenciana, no le impidió acudir a la región con una llamativa asiduidad, exponencialmente mayor a la que llevaba antes de ser designada por parte de su partido. Por el contrario, esa frecuencia ya no se está dando y quizás la razón de ese repentino cambio tenga que ver con los efectos de la campaña del 12-M.

Si bien no lo reivindicó con un entusiasmo ni ahínco desmedidos, la ministra apostó por la reforma del modelo de reparto de los fondos regionales con tal de que la Comunidad deje de ser el territorio nacional más perjudicado por el actual sistema. Pero con Aragonès y Puigdemont marcando la agenda en tiempo y forma, el debate se ha trasladado a si Sánchez volverá a ceder ante los independentistas y les concederá esta nueva concesión, agravando al resto de autonomías, con la valenciana a la cabeza.

En base a esto, la beligerancia que Morant mostró frente a Mazón tras su debut como secretaria general del PSPV-PSOE se ha venido abajo de manera repentina. Prácticamente de un día para otro, la sucesora de Ximo Puig ya no le plantea batalla (dialécticamente, porque no es diputada en las Cortes) al jefe del Consell, consciente, quién sabe, de que éste le echará en cara su silencio y sumisión hacia su jefe de filas por otorgar todo lo pedido a los secesionistas y alargar sine die aspectos claves para los cinco millones de valencianos.

Morant y Aragonès conversan en un acto, en Barcelona, en 2023Kike Rincón / Europa Press

Lo mismo sucede en relación al referéndum planteado por Esquerra Republicana de Catalunya y Junts per Catalunya. Al igual que los mismos independentistas reconocen que la amnistía no es el final, sino un paso más hacia la independencia, ésta tampoco sería la meta última, ya que el punto final a las aspiraciones del rupturismo sería la instauración de los mitológicos «Países Catalanes», en los que se incluirían la región, las Islas Baleares y territorios de Aragón e incluso del sur de Francia.

Así pues, si Morant, a través de declaraciones en los medios de comunicación o en actos institucionales o de partido entrara en el cuerpo a cuerpo con Mazón, el 'popular' poco tardaría en situarla al mismo nivel que el presidente del Gobierno y, en un caso hipotético, también responsable, por acción o por omisión, de que en Cataluña se celebrase una consulta para separarse de España y que, por si no fuera suficientemente grave, podría llegar a convertir a la Comunidad Valenciana en un mero protectorado catalán.

Con este envenenado calendario sobre la mesa, y como todo lo que va mal puede ir a peor, a la titular de Ciencia tampoco le valdrían las elecciones europeas para retomar lo que tenía previsto. La cita será el 9 de junio, pero el Parlament de Cataluña debe estar constituido entre los primeros 20 días después a las votaciones; es decir, como muy tarde el 7 de junio, a 48 horas de las votaciones. A la socialista no le quedará más remedio que hacer campaña en Castellón, Valencia y Alicante con lastre acumulado y futuro. Al menos en una ocasión, la hará con Sánchez, pero no querrá decir que le sirva como espaldarazo para sus planes.