Las condiciones adversas del terreno, sumadas a la orografía complicada, han dificultado considerablemente los esfuerzos de los equipos de extinción. A pesar del trabajo incansable de unos 300 efectivos, entre ellos la Unidad Militar de Emergencias (UME) y bomberos forestales, las llamas continúan fuera de control. Según ha informado el secretario autonómico de Emergencias, Javier Montero, «las previsiones climatológicas respecto a la humedad no se han cumplido y, por lo tanto, no ha bajado todo lo esperado, por lo que ha sido una noche de poco avance», ha manifestado.