Una imagen antigua de la playa de la Malvarrosa tomada por Vicente Barberá Masip (1871-1935)Biblioteca Valenciana Digital

Historia Valenciana

¿Por qué a la playa de Valencia se le llama la Malvarrosa?

Gracias a su fábrica de fragancias y perfumerías, el francés Félix Robillard fue el responsable de darle el nombre a la playa de la ciudad levantina

La playa de la Malvarrosa, icónica por su belleza y ambiente animado, es uno de los destinos más populares de España. Sin embargo, su nombre encierra una fascinante historia que se remonta al siglo XIX, cuando Valencia era una ciudad fortificada y esta zona costera era solo un área de huertas y campos de cultivo.

El origen de su nombre se atribuye a la presencia de una planta específica: la malva rosa. Esta flor, perteneciente a la familia de las malváceas, es conocida por sus llamativas flores de color rosa intenso. Pero, ¿cómo llegó esta flor a dar nombre a una de las playas más famosas de España?

El jardinero y perfumista francés Félix Robillard, quien llegó a la capital del Turia en el siglo XIX para ocupar el cargo de jardinero mayor del Jardín Botánico de la ciudad, adquirió una vasta extensión de terreno cerca del mar con la intención de convertirla en fértiles huertos.

Este extenso terreno de marjal al norte del Cabañal lo dividió en tres grandes áreas. En una estaba su residencia, junto al actual Campo de Fútbol de la Malvarrosa, otra albergaba una fábrica de esencias establecida en 1860, convirtiéndose en la primera de su tipo en España, y en la tercera había una fábrica de jabones.

En ese mismo año, Robillard puso en marcha una fábrica de esencias, donde produjo una variedad de productos que incluían esencias de verbena, artemisia, nardos y aceite de almendras. Entre las plantas que cultivó también se encontraba la malva rosa, cuyas flores fueron utilizadas para la elaboración de aceites esenciales en una fábrica que él mismo estableció en la zona.

Un ejemplo de malva rosa ya florecidaPicturethis

El cultivo intensivo de malva rosa no solo transformó el paisaje costero, sino que también impulsó la industria de perfumes y esencias en Valencia, siendo pionera en España. Las fragancias producidas le hicieron ganarse renombre tanto a nivel nacional como internacional, convirtiendo a la playa de la Malvarrosa en un símbolo de la innovación y la excelencia en la industria perfumera. Pero a partir de ese momento todo cambió.

La urbanización de la zona

La influencia de esta flor no se limitó solo a la industria, sino que, con el paso del tiempo, la playa de la Malvarrosa se convirtió en un destino turístico de primer orden, atrayendo a visitantes de todas partes del mundo.

En la mitad del siglo XIX, comenzó un proceso de urbanización en sus alrededores, atrayendo tanto a residentes de clase trabajadora (que formaron el barrio de Malvarrosa) como a personas de la burguesía local que buscaban residencias de veraneo, como por ejemplo el escritor Blasco Ibáñez o incluso el pintor Joaquín Sorolla.

El hecho de ser una playa en Valencia propició que, en el siglo XX y especialmente desde la segunda mitad de este, residentes de otras áreas de la ciudad acudieran en masa para pasar el día, aprovechando los avances en el transporte público.

En la actualidad, la playa de Malvarrosa y su paseo marítimo, completado en los años 90, son puntos de encuentro y ocio muy populares para turistas y lugareños por igual. La historia de la playa de la Malvarrosa es mucho más que un nombre, es un legado cultural y botánico icónico en la ciudad.