Una de las decisiones más destacadas en este proceso de revitalización es el cambio de gestión del proyecto, pasando de una administración directa por parte del Ayuntamiento a la gestión por parte de los propietarios del suelo. Esta transición busca, según el concejal de Urbanismo y Vivienda, Juan Giner, «desatascar e impulsar con determinación el desarrollo de este sector, que dará a la ciudad más de 2.500 viviendas nuevas». Sin embargo, este cambio plantea preguntas importantes sobre la transparencia y el control público de las acciones, según algunas voces de la oposición, que cuestionan si se privilegian los intereses privados sobre el bienestar público.