Castillo de Villena
El Castillo de Villena, de origen andalusí, se levanta sobre una cresta caliza y data del siglo XII. Tras ser tomado por los caballeros calatravos en 1240, pasó a manos de Manuel de Castilla, primer señor de Villena. Durante el siglo XIV, Juan Manuel Infante de Castilla, autor de El conde Lucanor, reforzó su seguridad, usando el castillo como residencia de la infanta Constanza de Aragón. En 1445, Juan Pacheco fue nombrado marqués de Villena, consolidando su autoridad en la región. Aunque el castillo nunca fue la fortaleza principal del marquesado, tuvo un papel destacado en la historia, especialmente durante las revueltas de las Germanías, la Guerra de Sucesión y la Guerra de la Independencia. En el siglo XIX, el castillo sufrió daños y fue abandonado, pero en 1958 se iniciaron trabajos de restauración y excavación arqueológica, dirigidos por José María Soler. El castillo, declarado Monumento Histórico Artístico en 1983, tiene una planta cuadrangular irregular con torres circulares y una torre del homenaje de más de 20 metros de altura. Las excavaciones han revelado estancias que servían como salas de guardia, caballerizas y cocina, junto con un aljibe y una barbacana. La torre del homenaje, con sus dos pisos inferiores de época almohade y los dos superiores construidos en el siglo XV, es uno de los elementos más destacados del castillo. Con un coste por entrada de tres euros, la edificación es visitable de martes a domingo. También existe la posibilidad de reservar una visita guiada concertando cita previa en la oficina de turismo de Villena.