Una coche de la Guardia Civil, en una imagen de archivo

Una coche de la Guardia Civil, en una imagen de archivoEuropa Press

Suceso en Gata de Gorgos

El juez deja en libertad a dos de los detenidos por la muerte de un alicantino y envía a prisión al tercero

El magistrado impone medidas cautelares de retirada de pasaporte y comparecencia periódica ante el juzgado a uno de ellos y al tercero lo deja en libertad sin cautelares, aunque los tres están siendo investigados por homicidio

Ya están en la calle. El juzgado de instrucción número 2 de Denia, en funciones de guardia, ha decretado prisión provisional para uno de los tres marroquíes detenidos por la muerte a golpes de un vecino de la localidad alicantina de Gata de Gorgos mientras que ha determinado que los otros dos queden puestos en libertad. Uno con medidas cautelares de retirada del pasaporte y comparecencia, y el otro sin medidas cautelares.

Para el principal sospechoso se ha acordado prisión provisional, comunicada y sin fianza, siguiendo el criterio de la Fiscalía, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que señala de que los tres han quedado como investigados en la causa abierta por un delito de homicidio, sin perjuicio de ulterior calificación en función de los resultados de la investigación.

Los presuntos participantes en la muerte de David Lledó Caselles, de 38 años, habían sido trasladados durante la mañana de este lunes al Palacio de la Justicia de Denia para que el juez decidiera sobre su ingreso o no en la cárcel. Asimismo, habían sido citados tres testigos de la brutal agresión con palos y un bate de béisbol en la que el alicantino perdió la vida.

De acuerdo con la televisión pública de la Comunidad Valenciana, À Punt, a las puertas del recinto, familiares de uno de los detenidos defendieron su inocencia, asegurando que no solo no participó en el ataque, sino que además intervino para «separar a las partes». El principal sospechoso de la mortal paliza ya había generado conflictos en el pueblo, de menos de 6.000 habitantes, y días antes le habían arrestado por delitos menores, según informó el concejal de Seguridad Ciudadana.

La propia comunidad islámica de la localidad ya había avisado a las autoridades del peligro que el hombre suponía para la seguridad de los vecinos, que refieren que este y otros marroquíes habían tratado de agredir sexualmente a mujeres y niñas desde que llegaron al pueblo, hacía unas semanas, incluida la propia pareja de la víctima mortal.

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