El Tuvi, el valenciano acusado de matar a dos chicas e intentarlo con otra, podría pasarse la vida entre rejas
David S. O., de 33 años, ha sido juzgado por intentar acabar con la vida de su exnovia y se encuentra a la espera de sentencia por otros dos asesinatos, uno de ellos de una embarazada de seis meses
Este martes el presidente del Tribunal que juzga a David S. O., más conocido como El Tuvi, dejaba visto para sentencia el caso contra el joven de 33 años, que está acusado de asfixiar y estrangular a quien era su novia, en unos hechos que ocurrieron en 2020. En aquella fecha, el procesado tenía una orden de alejamiento respecto a su pareja, aunque según tanto él como la víctima han reconocido en los dos días que ha habido vistas, esto no era impedimento para que se siguieran viendo.
En uno de esos encuentros que se produjeron durante los ocho meses que duró la relación sentimental, ella acudió al domicilio de David y, según el testimonio con un biombo de la joven, su presunto agresor volvió «de muy mal rollo» de una cena con unos amigos. A pesar de ello, pasaron la noche juntos y fue a la mañana siguiente cuando empezaron a discutir:
«Él empezó a decirme que quitara la denuncia y recogí mis cosas, pero él me las quitaba. Cuando fui a abrir la puerta me cogió del brazo para atrás y empezó a apretarme el cuello», ha relatado en la Sala. Posteriormente, ha señalado que le agarró del cuello dos veces y aunque ella quería moverse, «no podía». Mientras el acusado insistía para que retirara la demanda, le volvió a agarrar del cuello: «Me cogió por detrás. Yo quería irme de allí y me caí justo en la puerta. Al despertar estaba allí. Me había mordido la lengua y me salió espuma por la boca. Pensé que me iba a matar, que no lo hacía para asustarme. Solo podía mover las manos. Sentía presión en el pecho», ha afirmado.
Humillaciones y amenazas
De hecho, la víctima era víctima de constantes humillaciones y amenazas, como la que en una ocasión recibió y en la que su novio le espetó «tú sigue vacilando que a la última que me vaciló la están buscando». Por todo ello, la Fiscalía solicita una pena de cárcel de 17 años por un delito de homicidio en grado de tentativa, uno continuado de quebrantamiento de medida cautelar y los ilícitos contra la Administración de Justicia y lesiones, mientras que la acusación particular pide seis meses más.
Sin embargo, el historial de El Tuvi ni mucho menos se reduce al juicio concluido este martes. Es más, está pendiente de sentencia por dos supuestos asesinatos en circunstancias muy similares al que se acaba de juzgar y que conmocionaron no solo a la Comunidad Valenciana, sino al conjunto de España por su extrema crueldad.
En uno de esos sumarios se le pide la prisión permanente revisable. Es el que hace referencia a la muerte de Wafaa Sebbah, una joven marroquí de 19 años, amiga de su supuesto verdugo y residente en la localidad valenciana de la Pobla Llarga. En este procedimiento se acusa a David S. O. de una sucesión de hechos que comienza cuando los dos comen en la casa que el chico tiene en el municipio de Manuel (Valencia). Allí ya comenzó una discusión que derivó en la primera agresión a la joven.
Arrojó el cadáver a un pozo
Inmediatamente, se la llevó por la fuerza hasta el chalet de su abuelo, lugar donde la vejó, la violó, sometió a torturas y terminó con su vida acuchillándola, estrangulándola y, una vez estaba ya el cuerpo estaba atado y tirado en el suelo sin capacidad de responder ni de oponer la mínima resistencia, le propinó siete disparos con una carabina de aire comprimido que tenía sin la pertinente licencia. Pero la sordidez de lo que se le imputa va más allá, puesto que después de todo lo anterior, arrojó el cadáver a un pozo de 16 metros de profundidad para que no fuera encontrado.
Según el Ministerio Público, El Tuvi cometió este espantoso crimen porque Wafaa era mujer de raza negra y «como expresión de su superioridad y dominación sobre la mujer, (…) sometiéndola a todas las acciones descritas tratándola como un mero objeto y movido igualmente por el desprecio hacia la identidad racial de a misma». Además, la Fiscalía sustenta su argumentación en mensajes que el acusado le enviaba a su víctima a través de la aplicación WhatsApp. Entre otros, le mandó (la escritura es literal) «te voi a sekuestrar»; «si quieres que hagamos algo. Sexo duro»; «me kago en tu raza wafa»; «la mora al rio»; «moros a su país» o «tu y todos los moros yatusabes».
La otra causa que le queda pendiente a David S. O. y que parece marcada por el mismo patrón es el asesinato de Isabell Elena Raducanu, una prostituta de 36 años, embarazada de seis meses de una niña, de origen rumano y con quien el procesado había quedado para mantener relaciones sexuales en junio de 2019, tan solo cinco meses antes de la desaparición de Wafaa, en Játiva (Valencia). El cuerpo de la mujer fue encontrado tendido en su cama con 37 heridas de arma blanca en la zona del cuello y debajo de la barbilla. Según reflejó la autopsia, Isabell había sufrido asfixia y murió en situación de indefensión.
Del mismo modo que en las causas anteriores, en este suceso también hubo una fuerte discusión entre víctima y presunto asesino y amenazas como «cortarle el cuello si le dejaba», tal como señala el Ministerio Público en su escrito de acusación. Además de la pérdida del bebé que estaba esperando, el crimen también dejó huérfana a una niña de seis años. En un primer momento, la investigación apuntó como principal sospechoso al novio de Isabell, pero pudo demostrar que cuando todo ocurrió se encontraba trabajando. Tras las correspondientes averiguaciones, todos los indicios apuntaron a El Tuvi.