El 'Cau' de Elche: un museo al aire libre en plena sierra que pocos conocen Esculpido en la roca por un escalador retirado, este es un rincón mágico que combina arte y naturaleza en la provincia de Alicante Nacho Segura Alicante 20/07/2024 Actualizada 04:30 0 Save Save Facebook X Whatsapp Whatsapp Enviar por Email Print En la sierra del Tabayá, dentro de la pedanía ilicitana de El Ferriol, se esconde un tesoro cultural y natural: el Cau de Elche. Este museo al aire libre, ubicado en una antigua cantera, alberga más de un centenar de esculturas talladas en la roca, creando un entorno mágico y sorprendente que invita a los visitantes a explorar y disfrutar en familia. Javi Alonso, vía Facebook El creador de este rincón único fue Mariano Ros, un apasionado de la montaña que, tras años de dedicación, dejó un legado artístico impresionante. Entre los años 2000 y 2008, Ros y algunos compañeros transformaron las rocas de esta sierra en un lienzo escultórico, a pesar de tener que interrumpir su trabajo debido a las restricciones legales al tratarse de un monte público. Javi Alonso, vía Facebook Antes de trasladar sus obras a la sierra del Tabayá, Ros había comenzado su aventura artística en la Sierra del Castellar. Sin embargo, la protección del paraje le obligó a buscar un nuevo emplazamiento. Fue entonces cuando descubrió la cantera abandonada en El Ferriol, un lugar perfecto para continuar con su labor creativa. Javi Alonso, vía Facebook Las esculturas del Cau de Elche representan algunos de los símbolos más icónicos de la ciudad. Entre ellas se encuentran el escudo de Elche, la Fuente de la Glorieta, la Dama de Elche, el pantano y el famoso Palmeral. Además, monumentos como la Iglesia de Santa María también han sido esculpidos en la roca, ofreciendo un recorrido artístico que rinde homenaje a la historia y cultura ilicitanas. Javi Alonso, vía Facebook El acceso al espacio es sencillo y cómodo. Cerca del museo al aire libre hay una zona habilitada para aparcar, lo que facilita la visita. Los visitantes pueden disfrutar no solo de las esculturas, sino también de una pequeña área recreativa y de las impresionantes vistas panorámicas desde un morro cercano, desde donde se divisan Elche, la Sierra de Aitana y el Maigmó, entre otros. Javi Alonso, vía Facebook La historia de Mariano Ros es fundamental para comprender el valor y la belleza de este enclave. Nacido en Uchillo, Ros mantuvo siempre una profunda conexión con la montaña. Aunque no tenía formación artística, su amor por la naturaleza y su ciudad natal le llevaron a esculpir estas figuras en la roca, encontrando en ellas una nueva afición cuando ya no podía practicar el montañismo. Javi Alonso, vía Facebook La dedicación de este hombre a su obra fue tal que incluso llegó a soñar con sus esculturas. Al principio, comenzó marcando líneas con su martillo de escalada sin un objetivo claro, pero rápidamente descubrió el placer y la satisfacción de dar forma a la piedra. A medida que avanzaba, su habilidad y su pasión por representar elementos significativos de Elche crecieron, consolidando su legado artístico. Javi Alonso, vía Facebook Sus primeras esculturas no estaban pintadas, pero con el tiempo decidió darles color para protegerlas y embellecerlas. La piedra caliza de la sierra del Ferriol es blanda y se erosiona fácilmente, por lo que una capa de pintura ayuda a preservar las figuras. Además, este toque de color ha sido bien recibido por los visitantes, quienes aprecian el contraste con el entorno natural. Javi Alonso, vía Facebook Aunque Ros ya no vive, su obra perdura gracias a la dedicación de personas como Cándido Escribano, quien se encarga de mantener el lugar limpio y cuidar de los árboles plantados allí. Esta labor de conservación asegura que el Cau de Elche permanezca como un lugar de disfrute para las futuras generaciones. Javi Alonso, vía Facebook Temas Turismo Alicante comentarios
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