Carlos Mazón, junto a sus consejeros tras la remodelación del Gobierno valenciano

Carlos Mazón, junto a sus consejeros tras la remodelación del Gobierno valencianoEFE / Ana Escobar

El Consell de Mazón sigue con su hoja de ruta intacta un mes después de la salida de Vox

El Gobierno valenciano deberá completar su estructura y lograr sacar adelante los Presupuestos de la Generalitat de 2025 sin los 'verdes'

Algunas caras nuevas, mismos objetivos y exactamente un camino para alcanzarlos idéntico al de hace 31 días. A grandes rasgos, ese podría ser el balance aplicable al Gobierno de la Generalitat Valenciana que preside el 'popular' Carlos Mazón cuando se cumple un mes de que el presidente nacional de Vox, Santiago Abascal, anunciara la decisión unilateral de su partido de abandonar todos los cargos en los ejecutivos autonómicos que compartía su formación en distintas comunidades autónomas con los de Alberto Núñez Feijóo.

La situación a día de hoy entre las dos organizaciones políticas no podría ser más distinta. De este modo, los 'verdes' no solo han perdido una vicepresidencia regional en la Comunidad Valenciana, la que ostentaba Vicente Barrera, y tres consejerías (Cultura, Agricultura y Justicia e Interior), y diversos cargos en el segundo y tercer escalón de la Administración, sino que las aguas internas no están en su mejor momento.

Cabe recordar que cuando Abascal pronunció su discurso de ruptura, en el que no admitió ninguna pregunta de la prensa, fue a saludar al extorero y éste le rechazó el abrazo, dándole una simple palmada en la espalda con un gesto de enojo monumental como símbolo de su profundo desacuerdo. Igualmente, Elisa Núñez, ya exresponsable de Justicia e Interior, se dio de baja de Vox a los pocos días de su cese aludiendo su «deriva radical» en materias como la violencia de género y la inmigración, que fue, precisamente, la razón expuesta por su entonces jefe de filas para salir de los gobiernos.

«Hay que seguir trabajando»

Por contra, el plan de gestión jurado por Mazón al asumir la presidencia de la Generalitat sigue intacto y lo continua llevando a cabo con un Consell íntegramente conformado por miembros del PP y, por tanto, evitando algún episodio polémico en materias sensibles de cara a la opinión pública como los que, por ejemplo, protagonizó la propia Núñez y que llevó al mandatario a actuar.

De hecho, en una entrevista concedida a El Debate cuando cumplía su primer año en el Palau, el mandatario ya avisaba de que la abrupta medida tomada por el partido 'verde' no iba a alterar ni un ápice el día a día de las consejerías que comanda: «Hay que seguir trabajando porque tenemos un encargo de los ciudadanos, que es lo más importante de todo, que es el de liderar el cambio», aseguró

De cara al corto y medio plazo, los retos para el 'popular' son, principalmente, dos, más allá de la propia gestión del día a día en aras de revertir el legado que Ximo Puig y el tripartito del PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos que le sustentaban le dejó en materias como la sanidad, la educación, la economía o la agricultura. Dichos desafíos son completar la estructura de su Consell y lograr sacar adelante los Presupuestos de la Generalitat de 2025.

Mientras para el primero tan solo le falta por cubrir cuatro direcciones generales, conseguir el segundo se prevé una tarea ardua. Cuando finalicen las vacaciones de verano, las consejerías deben presentar sus respectivas necesidades para el próximo año y, en ese momento, se iniciará una tramitación parlamentaria que abarcará previsiblemente hasta mediados o finales de diciembre.

Con la oposición asegurada de socialistas y nacionalistas, la única viabilidad para que las cuentas públicas se aprueben pasa por el 'sí’'de Vox. Por contra, el sentido del voto de los de Abascal es una total incógnita, por lo que la labor que se haga tanto desde Hacienda como a nivel de grupo parlamentario será clave.

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